viernes, 12 de febrero de 2010

Capitulo 27 y Final







Juan se arrodilla ante Lorena y muy dulcemente le pregunta:
--¿te quieres casar conmigo?
Todo está pasando demasiado de prisa. Sus remordimientos por el estado de Marc, la muerte de Sandra, el engaño con la única mujer que no se lo esperaba (Susana) y ahora un embarazo del que no sabe quien es el padre y la propuesta de boda:
--No lo sé… me lo tengo que pensar..
Juan se muestra desesperado, quiere separar a toda costa a Lorena de Marc. Quiere que legalmente sea su esposa para que nadie le pueda reclamar la paternidad de ese bebé. Siente que Marc, por su físico, no puede competir por él pero que un hijo es un lazo demasiado fuerte entre un hombre y una mujer y no quiere que sea de Marc.
--¿¡es que no me amas? ¡¡¿es que prefieres que el padre sea él? --celoso.
--No, quiero seas tú pero el recuerdo de Sandra yo…
Lorena está muy angustiada. Juan la besa para que no siga hablando:
--nos podemos ir lejos… --Juan desesperado y dispuesto a todo antes de perder a la joven.
--¿y la academia?
--¡yo renuncio a todo por ti…¡
--Yo no quiero que renuncies a tu carrera por mi…
--¿¡es que no entiendes que si no te tengo a ti no me importa nada¡ --desesperado.
--Deja que lo piense… mañana te contesto.
Juan no quisiera dejarla ir para asegurarse que no hable con Marc:
--júrame que no tomarás ninguna decisión sin consultarme que no hablarás con ese…
--Si te refieres a Marc tampoco sé donde está…
Eso lo calma. Lorena se muestra aturdida. Lucha entre el amor, las infidelidades de él, los remordimientos y ahora el deber. Juan se queda mirando a Lorena muy triste. Teme que no pueda estar con ella. Lorena se gira y se encuentra con la triste mirada de Juan diciéndole adiós con la mano. El amor hacia ese hombre, el deseo que sea hijo de él es más fuerte que todo. Corre hacia él y se lanza en sus brazos.
--¡ Sí, me caso contigo…¡
Juan la abraza y la besa entusiasmado.
--¡vamos a casarnos… mañana mismo si podemos…¡
Juan está ansioso. Estar casado con Lorena convertirá automáticamente a ese bebé en su hijo y Marc perderá todos sus derechos hacia él.
--pero que nadie lo sepa, que sea en secreto --Lorena.
--¿porqué? --Juan triste.
--Nos van a criticar…
--¡que nos critiquen¡ ¡¡yo quiero estar contigo¡
Lorena abraza a Juan pero no puede sentirse libre de amar a ese hombre porque los remordimientos por la muerte de Sandra están ahí y no quiere que nadie la pueda criticar, que se lo estén recordando en todo momento. A Juan lo único que le interesa es estar casado con Lorena y acepta todo lo que ella diga.
--¡¡vamos… vamos a celebrarlo¡
Juan quiere estar con Lorena y no separarse de ella pero Lorena quiere estar sola:
--no, dame tiempo…
Juan toma de las manos a Lorena:
--¿no decías siempre que no te querías separar de mi lado? Ahora tienes la oportunidad.
Lorena le pone la mano en las mejillas:
--prepara lo de la boda, mientras que cada uno vaya por su lado… Dame ese tiempo para que pueda asumir todo lo que me está pasando.
Juan la besa en la frente:
--haré lo que tú me pidas pero recuerda siempre que te amo…
Cada uno se va por su lado con sentimientos encontrados pero amando a la persona que se está yendo y confiando en que puedan superar todo lo que los separa y estar siempre juntos.




En la noche, José María y Marc están a solas en la habitación que comparten, preparados para acostarse en la pequeña cama que comparten. Están en calzoncillos. Marc saca su pijama.
--buf, con el calor que hace esta noche ¿te vas a poner en pijama? –se baja los calzoncillos—se duerme mejor en bolas. Conmigo no tienes que tener vergüenza.
A desnudarse como él Marc no se atreve pero sí almenos se queda en calzoncillos. Los dos en la misma cama. Muy juntos porque tampoco la distancia permite otra cosa. José Maria lo trata como a un hermano pequeño y a Marc le gusta.
-siempre quiso tener un hermano mayor.
--Pues ya lo tienes…
José María lo acaricia muy fraternalmente. Los dos se sonríen.
--¿y cuando quieres empezar tus ejercicios?
--Ya
--Pues mañana te vienes al gimnasio conmigo y comenzamos..
Marc está muy ilusionado, seguro que siendo guapo nada lo separará de Lorena.

1 semana después, en la más estricta intimidad, ante el juez, el secretario y José María y Susana como testigos. Juan y Lorena, vestidos de calle pero con mirada ilusionada, contraen matrimonio. Susana y José María llegan cada uno por su lado.
--¡¿que broma es esta?¡ -dicen José María y Lorena.
Susana se ha cansado de pedir perdón y ninguno de los dos los escucha. Juan une las manos de las dos amigas:
--Lore, si me has perdonado a mí… ¿no la puedes perdonar a ella?
Lorena y Susana se funden en un abrazo. Durante la ceremonia José María y Susana se miran con amor y dolor. Los novios están entusiasmados. Lorena insiste en guardar el secreto de su boda por un tiempo, a Juan no le hace mucha gracia pero no dice nada. José María felicita a los novios de una manera fría. Le duele por Marc pero de la misma manera que le oculta a Susana dónde está Marc a éste le oculta lo que está pasando. Por su lado, Juan es un hombre feliz. Esa felicidad se contagia a José María y Susana que se dan una nueva oportunidad.

Juan y Lorena llegan juntos al departamento de ésta. Vivirán juntos aunque nadie sabrá que han vuelto hasta que pase un tiempo y se olvide el tema de Sandra. Lorena no quiere que Juan deje la academia pero ella prefiere no volver. Desde ahora su bebé y su esposo serán su vida. Le cuesta no pensar en que una mujer ha muerto por su culpa, en que lleva en su vientre un hijo del que no tiene claro la identidad del padre. Está tensa entre los brazos de Juan poco a poco se va rindiendo a la pasión de su amado y se funde en sus brazos olvida todo el dolor de las últimas semanas.









6 meses después… Marc y José María salen de hacer sus ejercicios. El cuerpo de Marc se ha transformado. Ya no le da vergüenza mostrarse desnudo. Siente como las chicas lo desean y eso lo tiene muy contentos. Los dos desnudos en la ducha.
--¡tienes a varias loquitas…¡ La pelirroja esa está encantada contigo… Me comentó el otro día que has aprendido mucho, que eres un buen amante…¡
Marc suspira enamorado. Se siente ya preparado para enfrentarse a Lorena a la que no ha vuelto a ver. José María piensa que Marc ya está en condiciones para saber la verdad. Mientras acaban de ducharse y vestirse piensa en cómo se lo va a contar. Luego en el auto, antes de manejar, pone la mano en el muslo de su amigo.
--No te había querido decir nada pero… Lorena se casó con Juan…
Marc siente como si un puñal le atravesara el alma.
--Y porque no me dijiste nada…?
--¡porque estabas luchando… ahora eres un hombre diferente, para ella o para otra…¡
Marc se hunde. José María trata de animarla.
--no te hundas… ella está embarazada…
--Ahora sí la perdí… --dice desesperado.
--No está claro que el hijo pueda ser de Juan…
Marc no puede creer en esa posibilidad. Sonríe ilusionado:
--y eso quiere decir qué…
--¡que puede ser tuyo…¡
Después del primer momento de enfado porque se lo ocultó, Marc siente que sólo con su físico actual podrá seducir a la chica que quiere. José Maria le pide prudencia… pero Marc está a dispuesto a todo por quedarse con Lorena.

La vida matrimonial entre Juan y Lorena no va muy bien porqué a él le duele que ella no le dé su lugar. Lorena aún piensa en Sandra y, en el último trimestre de su embarazo, no ha querido que su entorno supiera que él está a su lado. Cada vez Juan se va a su trabajo, en la productora donde está comenzando en una telenovela, enfadado. Lorena sale a dar una vuelta. Se queda sorprendida a ver a Marc, atractivo. Sonriente. Marc reclama sus derechos como padre, está seguro que ahora que es guapo pues Lorena caerá rendida a sus pies. Ver a Marc convertido en un hombre guapo hace que Lorena pierda el sentimiento de culpa que tenía por el Marc al que abandonó. No es ese hombre, por ese hombre siente indiferencia. Al darse cuenta que a Lorena no le impresiona su cambio, Marc quiere besarla a la fuerza. Lorena lo bofetea:
--¿¡crees que por ser guapo puedes venir avasallando?
Juan, arrepentido de haberse enfadado con su esposa, da marcha atrás. Regresa con un ramo de flores. Ve que un tipo la molesta y lo tumba de un puñetazo. Se sorprende al ver que es Marc y le gusta que Lorena, aunque Marc es guapo, no esté impresionada sino que lo rechaza y se refugia tras su esposo.
--¡quiere quitarme a nuestro hijo, ha venido para pelearte la custodia¡
Desde el suelo, Marc se siente humillado porque Juan lo ha vencido.
--¡Ese bebe es hijo mío y lo voy a demostrar y te la voy a quitar…tanto a Lorena como a nuestro hijo… ¡
Marc se levanta pero Juan lo vuelve a tumbar de un puñetazo:
--¡eres el mismo imbécil… no me vas a quitar a mi familia¡
Si temía que por pena Lorena cayera en los brazos de Marc, ahora ve que su mujer lo ama y desprecia a este Marc guapo en el que se ha convertido el que fuera novio de su esposa.
--¡Lorena es mi mujer, no quiero que te acerques a ella…¡ --defiende Juan.
Lorena se va con Juan sin que le importa ya el que dirán pero Marc no está dispuesto a retirarse. Se lanza sobre Juan pero sin querer da un pequeño empujón a Lorena. La joven cae y rompe aguas.

En el hospital, Lorena llora la pérdida de su bebé y mientras Juan y Marc se pelean para ver quien de los dos era el padre, quien de los dos ha tenido la culpa, Lorena desaparece. No quiere saber nada de ninguno de los dos.

2 años después… Susana hace una llamada.
--Por fin, Lorena ha vuelto y me ha pedido las llaves de mi casa de la playa. Estáte atento que no tardará en llegar hasta ahí… Estoy segura que se dejará llevar por los recuerdos…
José María sale desnudo del cuarto del baño con un bebé en brazos.
--¿con quien hablabas, cari?
Susana pone cara de misterio. No le dice nada. Después de un distanciamiento por el apoyo de José María a Marc prometieron que nunca más se metieron en la vida de Lorena ni sus parejas pero Susana no lo ha podido cumplir, sabe que es por el bien de su amiga.

Por otro lado, Marc se levanta desnudo de la cama. Tres mujeres desnudas, con la que ha pasado la noche, siguen durmiendo. Se levanta y se mira al espejo con amargura. Tiene belleza, mujeres pero sigue siendo el mismo infeliz que cuando era feo. Una lágrima recorre su mejilla. Se siente vacío. Ser guapo no le ha servido para ser feliz como esperaba…

Lorena está en la playa. Los malos recuerdos se han borrado de su mente. Cada gramo de arena, cada calle tiene un recuerdo de Juan. No lo ha vuelto a ver. Ha querido romper con pasado pero su pasado es presente. Está dentro de ella y quiera o no no lo puede olvidar. Esa nostalgia que la embarga desde que llegó al pueblo la conduce al viejo palacete del Conde. Se sorprende al ver que está habitado y restaurado. Le emociona ver que ha recobrado el brillo de antaño. Se acerca a la puerta. No puede evitar llorar al recordar cuando Juan y ella lo encontraron e hicieron el amor. Le gustaría llamar, que los nuevos propietarios la dejaran entrar pero no se atreve. De pronto se abre la puerta, Juan es el que sale. Los dos se miran enamorados. El amor los unió en su adolescencia y pase el tiempo que pase sigue vivo dentro de ellos aunque ellos mismos se encarguen de separarse. Por un segundo no son capaces de decir nada, sus pieles hablan por ellos. El dolor ha quedado atrás y ahora lo único que les queda es el amor que siempre les unió.
--que es esto…?
--Es tu casa, señora condesa… --dice divertido y riendo por la cara de sorpresa de ella.
Juan muy galantemente invita a Lorena a pasar. La joven queda maravilla. Es un escenario ideal para reencontrarse con el guapo Juan.
--¿tú eres el dueño?¿de donde has sacado el dinero?
Lorena sigue perpleja. Juan la va conduciendo por todas las habitaciones de la casa, sonríe muy seductor:
--Hice una telenovela, dos película y me fue bien…
--Si lo leí, pero ¿tanto te han pagado…?
Juan sonríe travieso:
--No, pedí un préstamo…
Están ya llegando a la alcoba principal. Juan sonríe pícaro y Lorena se para. Le pone la mano en la mejilla y con ternura le dice:
--¿porqué has hecho esto…?
--Te lo prometí… --le dice dulcemente.
Ambos desearían dejarse arrastrar por la pasión e ir directamente el dormitorio pero prefieren esperar. Juan le prepara cena a la luz de las velas… Hablan de ellos, de su futuro. Están felices. Lorena toma de la mano a Juan:
--Siempre que estamos en este pueblo mi vida a tu lado es un sueño –susurra enamorada.
--Un día me dijiste que querías no volver a la realidad, que nos quedásemos siempre aquí, ahora podemos, esta es nuestra casa… si quieres…
Juan habla con un amor, con una ternura.
--Sí, claro que quiero…
Se besan entre abrazos y caricias entre te amo y arrumacos. Se han reencontrado el uno al otro y han encontrado el paraíso en que el están seguros que ya no tendrán que luchar para estar juntos, que ahora sí todo está de su parte. Van llegando hasta el dormitorio besándose, al fin solos después de dos años, de nuevo pudiendo fundirse en un solo cuerpo. Entran en el dormitorio, cierran la puerta. El pasado queda atrás el futuro lleva sus brazos y es un futuro feliz.
FIN.

Capitulo 26




Juan mira a Lorena muy molesto.
--¿¿¡cómo es eso que estás embarazada?¡
Lorena está muy atormentada.
--¡No sé… no sé¡
El doctor les aclara que no es seguro, que debe hacerse los exámenes oportunos, que es sólo su opinión. Le comienza a preguntar si se cuidó, se ha sufrido un atraso. Lorena está alterada.
--¡¡Si bueno me tenía que haber venido hace 10 días pero me han pasado tantas cosas que me pareció normal, lo consideré cosa de los nervios…¡¡
Juan se mantiene apoyado en la pared. Está muy enfadado.
--Almenos conmigo siempre se ha cuidado –reclama.
Llorando sentada en la silla, Lorena mira a Juan de reojo. Lo mira dolida como diciéndole en reproche “gracias por tu apoyo”. El doctor los deja solos para que hablen pero ya les repite que hasta que Lorena no se haga el oportuno test nada es seguro. Lorena no hace más que repetir:
--¡¡NO PUEDE SER, NO PUEDE SER¡
Nunca pensó en ser madre y en ese momento lo que menos le apetece es un hijo. Juan no se separa de la pared. Se muestra molesto y le reclama:
--¡¡¿ De quien es tu hijo?¡¡ ¡¡¿¿Quién te preñó?¡¡¡, ¡¡es del imbécil ese… ¡porque yo te he visto tomando la píldora¡ ¡¡¿no la tomabas estando con él¡?
Juan da por hecho que el bebé que espera Lorena es de Marc y eso es lo que le da mucha bronca. A él le gustaría que fuera suyo porque así Lorena no lo dejaría pero embarazada de Marc eso lo aleja de ella y lo acerca al otro. Juan no soporta la idea que Lorena lo vuelva a dejar por Marc. Lorena se siente muy atormentada.
--¡¡Ni un solo día dejé de tomarla…¡
--¿Y entonces… ¿ --Juan pidiendo explicaciones que ella no le puede dar.
--No lo sé… --ella angustiada.
A Juan lo que más le preocupa es la existencia de un hijo de Marc que vaya a separarlo de su amada definitivamente:
--¿y qué vas a hacer? ¡¡lo vas a tener?¡
Lorena lo bofetea con rabia:
--¿¿¡no crees que ya llevaría demasiadas muertes en mi consciencia?¡ ¡¡para ti es muy fácil porque no tienes consciencia pero yo no puede estar tan tranquila pensando en abortar cuando una joven ha muerto por mi culpa¡
--Sandra no murió por culpa de nadie y eso no quiere decir nada, no tiene nada que ver con abortar o no…
Lorena se muestra muy molesta:
--A veces me dan ganas de no haberte conocido… ¿¿¡como puedes ser tan insensible?¡
A Juan le duele las palabras de Lorena:
--¡¡¡eso no es justo, sólo busco una solución a tu problema¡
Lorena no soporta cuando Juan se muestra de una manera tan frívola.
--¡¡ni siquiera sé si estoy embarazada y tú ya quieras que abortes¡
Juan se acaricia el cabello Toda está situación le viene grande. No le da miedo ser padre pero sí que Lorena sea madre y el hijo sea de otro.
--¡necesito que me dé el aire¡ --dice Lorena levantándose.
Juan pegado a ella.
--¡déjame en paz. Tú ya has sido muy claro… Ahora déjame tranquila…¡

Lorena sale de la academia. Camina muy deprisa. Y Juan a su lado.
--¿Donde vas…?
Él le habla preocupado, ella responde molesta.
--¡¡a la farmacia, primero me hago el test y luego veo…¡
Juan la sigue…
--¡No me sigas…¡¡
--Yo puede ser el padre, tengo derecho…
Lorena no quiere en esos momentos ningún hijo que la aten ni a Juan y mucho menos a Marc. Además no le ha gustado la actitud que ha tenido Juan:
--¡Tú lo has dicho es mi problema… si estoy embarazada el problema es mío, yo sola sacaré adelante a mi hijo¡
Juan se pone delante de ella:
--¡si estás embarazada puedo ser el padre y no me da la gana que estés sola¡
Lorena necesitaba escuchar algo así y lo abraza.
--no puedo estar embarazada, no puedo –llora angustiada.
Son muchas cosas la que pasan por su mente. En especial, Marc, Sandra, su separación de Juan. No es un buen momento como para ser madre. Juan la abraza con mucha ternura. Está contento porque ese embarazo los está acercando.
--todo está bien. Decidas lo que decidas yo estoy a tu lado.
Lorena mira a Juan llorosa. Con un hilo de voz dice:
--es que si estoy embarazada no tendré manera de saber si el hijo es tuyo o es de…
Juan no deja de acariciarla:
--ya nos preocuparemos de eso si estás embarazada.
Ese es el gran miedo de Juan. Es algo que no quiere ni pensar. No cree que pueda aceptarlo de ser de Marc. Abraza a Lorena y van juntos hacia la farmacia. Ninguno de los dos dice nada. Lorena ha vivido muchas cosas en estos últimas días y lo que necesitaba era estar tranquila, no sabe como encajar la llegada de un bebé. A Juan lo único que le preocupa es que Lorena puede estar esperando un hijo del otro.
--¡que sea que no, que sea que no. Si tiene que ser madre que lo sea pero de un hijo mío¡ --va pensando.
Si no puede tener la certeza que el hijo sea de él prefiere que no lo esté.
--que si quede en todo caso el mes próximo pero no ahora… --va pensando.
Compran en el test y llegan al apartamento de ella.
--¡háztelo ya… así salimos de dudas¡ --dice él.
Lorena está muerta de miedo. La espera se les hace eterna. Ella se queda pálida cuando ve el resultado. Juan está muy ansioso:
--No, ¿verdad?
Ella le enseña el test que indica un sí claro.
--¡¡es un error… esto se ha equivocado¡ --Juan furioso.
Lorena se lleva las manos al vientre:
--Vida… hay vida en mi interior…
No es una buena noticia para ninguno de los dos, no es algo que Juan quiera aceptar. Se acaricia su pelo para tratar de calmarse:
--¡¡es un error… esto puede tener fallos¡
Lorena se levanta resignada.
--No, cuando es sí es sí… No hay fallos…
Juan resopla. Da una patada a la pared. Está furioso.
--tranquilo, no es tu responsabilidad. Además no tengo claro que el padre seas tú.
Es cuando Juan reacciona. Eso es lo que le duele, que no haya la certeza. En otros momentos esa noticia sí lo hubiera hecho feliz pero está seguro que entonces se acabarían sus idas y venidas con la chica. No está dispuesto a permitir que Lorena vaya diciendo que el padre no es él. Se aferra a esa posibilidad con desesperación:
--Mi semilla es fuerte, yo soy el padre… Seguro… Además conmigo lo has hecho más veces que con él… ¿no?
--No sé que pensar… Tengo que hablar con Marc, nos tenemos que hacer un ADN –aturdida.
--¡No, no quiero¡
Los celos lo atormentan porque no quiere descubrir que Lorena está embarazada de Marc.
--pero es necesario… Es la única manera en saber la verdad…
Pero no quiere que ese bebé la una a Marc. Juan pone su mano en el vientre de ella:
--Es mi hijo. ¿No lo sientes…? –dice dulcemente.
--No es justo para…
Juan no quiere que lo mencione, él la besa y ella le responde.
--Me amas, ¡aún me amas¡ --aferrándose a ella con desesperación.
Lorena se aferra a él,
--nunca lo he negado pero esa no es la cuestión…
Juan se muestra ansioso. Quiere alejar a Lorena de los brazos de Marc, quedarse con ella.
--¿No crees que es una señal para que estemos juntos?
--No sé… No lo sé…
--¡¡cásate conmigo¡ ¡¡vayámonos juntos… dónde nadie nos conozca dónde podamos empezar de cero¡
Lorena no espera esa propuesta.
--¿no es muy precipitado?
Es una propuesta que nace del amor pero también de la angustia de Juan, del miedo a perderla, a que se vaya con Marc.




Capitulo 25




Lorena no ha querido salir de casa de Susana. Juan se ha cansado de tocar a la puerta de su apartamento, de ponerle mensajes. Finalmente se decide ir a casa de su amiga. Susana es quien lo recibe. Juan tiene una aptitud sumida y llega con un ramo de rosas.
--Lorena está contigo ¿no?
A Susana le sabe mal no dejarlo pasar.
--Lo siento, ella no te quiere ver.
Juan se angustia mucho.
--No me hagas esto, Susana, tengo que hablar con ella.
La chica se muestra cariñosa y amable con el novio de su amiga.
--Lo siento, tienes que entenderla. La muerte de Sandra la tiene muy mal, quiere estar sola.
Juan se muestra desesperado. Siente que todos se están poniendo en su contra para separarlo de su chica, siente que la está perdiendo y no quiere estar ni un segundo separado de ella.
--Yo lo único que entiendo es que amo a esa mujer que está ahí dentro y que no voy a dejar que una tontería nos separe…
--es que eso es lo que le molesta de ti, tu frialdad, que no te importe que Sandra se haya matado…
--Fue su decisión –dice él con dureza, no es un asunto del que quiera hablar.
Susana le va diciendo que no la ponga en un compromiso, que se vaya pero Juan no está de acuerdo:
--lo siento pero no puedo hacerte caso…

Lorena está mirando por la ventana. Sabe que Juan está en la casa y eso la tiene muy nerviosa. Cuando piensa en él piensa en los que han sufrido y eso al ayuda a mantenerse en su posición de alejarse de él. Se abre la puerta.
--¡Susana, no insistas dije que no quería verlo…¡
--Pues dímelo en la cara… --pide él con la voz rota.
Es él… Su presencia, su voz la hacen estremecer. Ella se gira, se miran con tristeza.
--No te acerques.
Los dos están rotos. Ella porque está frustrado el amor que siente por él y Juan porque sufre al ver el dolor de ella, a verse rechazado.
--¿qué te pasa?¿porqué me haces esto? –pregunta él triste.
Lorena se altera.
--¡¿¿es una broma no? ¡¡esto es increíble¡
Lorena va caminando por la habitación enfadado. Juan la va siendo con su ramo de rosas en la mano. Ella se niega a quedárselo.
--¿¿hablas en serio? ¿¿de veras no sabes porque estoy enfadada? –le reclama con incredulidad.
--Sé que te duele lo que ha pasado Sandra pero…
Lorena no lo deja seguir. Le duele la frialdad con la que él está hablando.
--¡ha muerto, una mujer ha muerto por nuestra culpa¡¿¿¿me vas a decir también que lo ha fingido como me dijiste con Marc?¡
Juan trata de abrazarla pero Lorena lo rechaza.
--¡que no quiero que me toques, que no quiero verte¡
--Sandra está muerta, no fue nuestra decisión…
Lorena está totalmente deshecha. Se derrumba sobre la cama.
--es que si yo nunca hubiera estado con Marc tú no te habrías ido con ella y ahora esa pobre chica estaría viva… ¡¡soy una asesina¡
Juan se pone en cuclillas. Es muy cariñoso. La va abrazando.
--tú no tienes la culpa de nada, tal vez yo me porté mal pero bueno lo que hicimos fue porque ella quiso y no veo porque deba sentirme culpable.
Lorena lo mira dolida y con reproche:
--ojalá nunca te hubiera conocido…
Juan se levanta, se lleva las manos a la cabeza. Ha sido toda una puñalada que lo hiere.
--¡No me puedes hacer esto después de todo lo que hemos vivido…¡
Lorena se muestra dura y sin piedad:
--Lo siento… se acabó para siempre…
Juan se enfurece, le duele que siempre pongas “excusas” para no estar con él.
--¡pues genial¡
Sale de la habitación muy molesto con la intención de no volver dejando a Lorena llorando sobre la cama. Susana lo espera impaciente, deseando que se arreglen las cosas. Le duele ver a Juan tan enfadado:
--¡¡dile a tu amiga que ahora sí se acabó para siempre¡ ¡¡que si quiere si siga revolcando con el imbécil ese o quien quiera a mi me da igual¡
Juan está furioso y dolido. Parece convencido de lo que parece. Susana corre a abrazar a su amiga que llora resarciéndose de dolor sobre la cama.
--¿¿qué hiciste amiga, qué? –le pregunta fraternalmente.
Lorena está deshecha:
--es lo mejor, todo esto que ha pasado es una señal de que no debemos estar juntos…
--espero que nunca te vayas a arrepentir de lo que acabas de hacer –dice acariciándola.

Juan, por su lado, entra en su auto ella una furia. Golpea el volante con rabia.
--¡¡que ni crea que le voy a guardar luto¡ ¡¡está noche no duerme solo¡
Juan está herido y tiene ganas de descargarse, tiene ganas de quitarse ese coraje.

Al día siguiente, Lorena está sola en su apartamento. No ha ido a la academia porque no quería enfrentarse a los comentarios de la gente. Llaman al timbre de una manera intensa. No quiere abrir pero no dejan de llamar así que se ve obligada.
--¿¿¡donde está el fuego?¡ --grita molesta.
Le sorprende ver a Débora.
--¿qué quieres? –Lorena a la defensiva.
No la invita a pasar pero Débora se invita sola:
--si, pobre de ti –dice con ironía—debes estar fatal. Yo de ti me mataba, no debe ser fácil llevar en la consciencia de una la muerte de una persona…
A Lorena le duelen mucho los comentarios de la chica, le da empujones para que se vaya. Débora se ríe de ella.
--si te entiendo, tú aquí sufriendo porque te sientas mal y tu novio acostándose con otra…
Lorena sabe que no debe hacer caso al veneno de Débora pero sus palabras se le clavan en el alma a Lorena.
--¿¿qué?
Débora goza enormemente viendo que le hace daño. Habla con mucho sarcasmo:
--si qué mal ¿no? Juan es un cerdo. Es que nunca va a cambiar el cadáver de Sandra aun caliente y él jodiendo con otras… pero yo lo vi, en la discoteca de siempre… Cualquiera te lo puede contar…
Lorena la echa a patadas. Cierra la puerta a la fuerza mientras Débora riendo va diciendo:
--¡desagradecida, eso me pasa por buena gente¡
Lorena cierra la puerta y cae en el piso llorando desolada. Se golpea el pecho:
--¡¡porqué no puedo olvidarlo¡

Al cabo de un rato, Lorena, sin saber muy bien porqué, va al hospital. Necesita ver a Marc. Ya le han dado el alta y en la casa el padre la recibe mal. Le dice que su hijo se fue de viaje y que no les moleste más. Lorena se va triste. Marc no está de viaje. José María se lo ha llevado a vivir a su casa. Comparte apartamento con dos chicos más.
--¿seguro que no molesto?
--No claro… estarás en mi habitación… Nadie tiene porqué decir nada…
José María le dice dónde debe acomodar sus cosas.
--es pequeño pero te lo ofrezco con mucho cariño.
Marc se sienta en la cama:
--me sabe mal invadir tu espacio…
Tendrán que dormir en la misma cama y muy juntos. Marc agradece el cariño y el apoyo de José María. Se sienta a su lado. Le pone la mano en el muslo:
--tu casa es mi casa. Todo lo haga muy a gusto.
--Y qué pasa con Susana?
--No buen,o no sabrá nada… ella nunca entra, no le gustan mis compañeros… Lorena no sabrá nada…
Marc lo abraza para darle las gracias.
--no sé que haría sin ti.
José María lo trata con mucha ternura.




Un par de días más tarde, Juan ha ido a casa de Susana. No se resiste a perder a Lorena y ella no contesta en su departamento. La madre de Susana le dice que ninguno de las dos estás. Juan se enfurece.
--¡sé que Lorena está con ustedes¡
La madre no le quiere decir nada. Juan da patadas a la pared molesto. En eso que llega Susana, él la zarandea.
--¡¡¿¿dónde está mi chica?¡
Susana le pide que se calme pero Juan no se piensa calmar si no le dicen de Lorena.
--Quedó con José María, quería saber de Marc.
Juan se golpea los puños.
--¡¡¡pero es que le pasa con ese¡ ¿¿porqué no lo olvida? ¡¡nadie la amará como la amo yo…¡
Susana se muestra dolida con el chico. No le gusta saber que por ese hombre tan infiel engañó a su amiga y a su novio.
--¡Sabemos que ya te acuestas con otra… recién enterrada Sandra¡
Juan está desesperado, le reclama con rabia:
--¿¿todo esto lo haces por celos? ¿¿porqué no te conformas con sólo una vez?
José María y Lorena están llegando por detrás. No los ven. Susana y Juan siguen discutiendo.
--¡da gracias que no le he dicho que nos acostamos juntos sino la pierdes¡
Juan no acepta su culpa.
--¡yo no estaba con ella y tú si estabas con José María¡
José María y Lorena se han quedado en shock. Ninguno de los dos quiere hablar con sus respectivas. José María tumba de un puñetazo a Juan y se va con Lorena. Juan se levanta, grita desesperado. Corre tras el auto sin alcanzarlo. Susana se traga su dolor. Sabe que merece lo que está pasando. José María maneja en su silencio. Sienten que su alma está rota. Se miran y son todo venganza. Se dejan llevar por la rabia. Se besan ardientemente. Lorena se lo lleva a su apartamento. Desnudos en la cama, retozando odio. Justo un segundo antes, Lorena se arrepiente.
--¡no, no puedo¡
José María, desnudo, le suplica ardiente de rabia.
--¡No me hagas esto¡
Él necesita cobrarles con la misma moneda, Lorena se levanta envuelta en una sábana.
--Por despecho he ido de unos brazos a otro… ahora ya no más…
José María jadea, le pide que no haga una excepción, que Juan y Susana se merecen que se la cobren, Lorena se encierra en el baño. Llora. José María se acaba vistiendo vencido.







Algunos días después, Lorena se atreve a ir a la academia. Si no se presenta a sus exámenes perderá todo por lo que ha luchado por años. Se muestra insegura. Siente que todos la miran, que murmuran. Al llegar al salón lo primero que ve es a Juan coqueteando con otra. A Lorena le duele mucho ese comportamiento de Juan. Aunque sufre, Juan se muestra indiferente y eso lástima a Lorena. No puede con la impresión y acaba desmayándose. Juan se angustia mucho, toma a la joven en brazos y la lleva a la enfermería. No tarda en recobrar el conocimiento. Juan está con ella muy preocupado. Se miran de reojo y les duele estar peleados pero a Lorena le emociona que él se haya preocupado por ella.
--estoy bien, no es nada…
Después de examinar el doctor dice:
--Deberías hacerte unos análisis… Yo creo que estás embarazada.
Juan fulmina con la mirada a Lorena que se ha quedado boquiabierta.




Capitulo 24


Lorena está llorando sobre los hombros de Susana.
--No sé como consolarte, amiga.
El celular de Lorena no deja de sonar.
--No vas a tomar la llamada?
--No, es Juan. No quiero verlo.
Susana acaricia a Lorena con mucho cariño:
--No te puedes quedar aquí encerrada siempre y no lo digo por mi. Lo digo por ti. ¿qué vas a hacer con Juan?
Lorena habla con la voz rota:
--Juan es el hombre que yo amo… ¿¿porqué no podemos estar juntos?
--Si tú lo amas no debes dejar que nada te separe de sus brazos…
--Pero es que una cosa es que sea infiel y yo lo pueda perdonar pero ¿¿cómo voy a ser feliz sobre el cadáver de esa pobre chica?
Lorena llora amargamente abrazada a su amiga:
--¡a veces Juan parece que no tiene sentimientos, ¿¿cómo es posible que no se sienta responsable que Sandra haya hecho esta locura.?
--no somos responsables de los actos de los demás…
Lorena no está de acuerdo con su amiga. La atormentan los remordimientos.
--¡¡Marc se quiso matar por nuestra culpa y Sandra está muerta¡
--Piensa que ha sido el destino, si Marc se salvó y Sandra no… pues es porqué tenía que ser así, que era su hora.
Lorena va diciendo que no llorando sangre.
--¡¡No, no¡ ¡¡Juan se burló de ella, la ilusionó¡ ¡¡Los dos nos portamos mal tanto con Sandra como con Marc, fueron unas víctimas pero es que para Sandra era muy importante ser virgen y pasó por encima de eso…¡
--No sería tan importante cuando no se lo pensó, por lo que yo sé, Sandra siempre había estado enamorada de Juan y ella sabía que él te amaba a ti. Yo conozco a Juan, es un infiel, un mujeriego pero nunca hace promesas. Tal vez no aclara las cosas pero no te engaña… Si ella se veía ya convertida en su mujer no es culpa de Juan…
Lorena se levanta. Va hacia la ventana. Siente que la falta el aire.
--Ahora deben estar enterrándola y Juan ni se ha molestado a ir.
Susana abraza a Lorena por la espalda:
--No es el viudo. Nadie le puede reclamar nada, tuvo una relación con ella y no cuajó… ¿se le puede condenar por eso? En el amor no hay garantías… ¿es que tú y yo no hemos sufrido por amor?
--A mí me hubiera gustado ir pero no he tenido valor. Todos me van a acusar, me habrían insultado y yo no me podría defender porque tienen razón…
--todos se apoyaron a ti, Juan es tuyo, Sandra es quien te lo quiso robar no al revés como fue diciendo ella…
--Pero Sandra está muerta y yo no puedo seguir disfrutando del hombre que la llevó a la tumba.
--¿y qué vas a hacer?
Cuando estaba mejor que nunca con Juan, cuando estaba segura que ahora sí sería para siempre.
--Juan no es mi hombre y yo me empeño en volver una y otra vez con él pero esto demuestra que no, que Juan no es para mí…
--Esto es una tontería…
Susana se muestra más tranquila, lo que quiere es que Lorena se dé cuenta que no es responsable de lo que hizo Sandra.
--¡¡quien sabe lo que pensaba esa loca momentos hace¡ ¡¡a lo mejor pues ya estaba enferma¡ ¡Por favor que cuantas mujeres del siglo pasado las han dejado desvirgadas y embarazadas y han seguido adelante¡ ¡¡a estas alturas en pleno siglo 21 sólo una loca piensa de esa manera¡
A Lorena le parece una falta de respecto la manera en la que Susana está hablando de Sandra.
--Está muerta y por mi culpa. Más respecto.
--¡que no es culpa tuya, que manía¡
Lorena tiene claro que sí que lo es y nada que le diga su amiga podrá hacer cambiar de opinión.
--¿y entonces qué vas a hacer?
Y aunque le duele en el alma decirlo:
--Romper con Juan para siempre.
Y llora. Llora abrazada a su amiga, Susana sigue tratando de ayudarla.
--Piénsalo bien, no puedes ir diciendo si o no a ese hombre, se va a cansar de ti y entonces sí lo habrás perdido para siempre.
Para Lorena no es fácil:
--No puedo mirar y saber que una infeliz se mató por culpa de nuestro amor.
--¿y entonces vas a volver con Marc?
Eso sí lo tiene claro:
--No, nunca. Ya le he hecho mucho daño. Marc necesita que alguien lo apoye, no que estén con él por pena… Marc me odia y ni si quiera me cree digna de cuidar a un animal pero bueno Nonín creo que le ayudará más a él… yo no merezco nada, todo es por mi culpa.
Se hace un silencio. Susana ya no sabe qué decirle.
--¿Y cómo está? Tu chico va con él ¿no?
Susana está contenta por la solidaridad de su pareja.
--Si supieras como lo protege, se ha convertido en su sombra. Se sintió tan mal por lo que pasó… Se sintió responsable porque os ayudó…
--Él no tiene la culpa de nada, su intención era buena. Los únicos responsables somos Juan y yo.
--Así es, nadie son responsables de lo que hagan los demás… Nadie.
Aunque quisiera Lorena no puede ver las cosas de la misma manera.

Por su lado, José María está en el hospital con Marc. Se pasa a su lado todo el tiempo que puede. No le va a decir que él ayudó a Juan, no quiere lastimarlo, que piense que es amigo de Juan y no de él cuando se siente más amigo de Marc que el otro. José María no quería que Marc siguiera engañado por Lorena. Ahora le duele ver a su amigo tan destruido pero le tiende la mano. Marc no tiene ganas ni de comer, ni de moverse. Nunca ha tenido un amigo, el apoyo de José María lo anima.
--¡si es necesario te lo doy en la boca¡
Le gusta tener un amigo y come para que no se enfade.
--venga, vamos a dar una vuelta… Esta clínica tiene un jardín bien bonito.
José María convence a Marc para que se levante de la cama. El novio de Susana se tapa la nariz:
--¡pero tío, que apestas¡ ¡¡¿Cuánto haces que no te duchas¡?
José María lo manda a la ducha. Marc está débil, José María lo sostiene. Marc se ducha y José María está al lado de la bañera por si se cae. Trata de animarlo. Le duele verlo tan decaído:
--Cambia, lucha por ella…
--Lorena me dejó por el guapo… Es lo normal… Soy un monstruo.
Marc tiene una actitud demasiado negativa
--Tú no eres feo…
--Lo dices tú que eres todo músculo…
--¿y crees que esto se hace solo? Tú puedes lograrlo…
Marc habla con amargura. José María se muestra amable, positivo.
--Tú crees que con este cuerpo se puede llegar a enamorar a una mujer…
Se agarra los genitales con desprecio:
--¡mira que tamaño, cualquiera se va a reír¡
José María le sonríe con cariño:
--si vale, eso no tiene arreglo pero bueno… ya aprenderás a usarla mejor, eso es lo que cuenta…
--¿y como aprenderé si ninguna mujer se acostará con un feo como yo si no es por pena?—Marc con su habitual amargura.
--Si me ayudas yo te convertiré en un chico tan guapo o más que Juan, podrás luchar con él de igual a igual si lo deseas o conquistar a otra mujer…
José María se muestra tan positivo que Marc empieza a creer en él:
--¿eso es posible?
José María le pasa la toalla. Marc sale de la ducha. El otro le pone la mano en el hombro:
--Es cuestión de disciplina, te vienes a mi gimnasio, yo te hago una tabla de ejercicios… Eso sí tienes que hacer todo lo que yo te diga y en unos meses tendrás un cuerpo tan o mejor que el de Juan…
Marc sonríe emociona al pensar que pueda competir con Juan de igual a igual por el amor de Lorena.
--¡¡si, sí¡ ¡quiero eso¡
A José María le gusta haber logrado que Marc tenga ganas de vivir. Lo abraza con cariño mientras Marc le agradece todo lo que hace por él.



Capitulo 23




Sandra se pone como loca. Empieza a insultar a Lorena, pese que ya no está, llamándole de golfa-robanovios para arriba. Nadie le hace caso a ella…
--Sabes que siempre es así… --le dicen uno-- Rompen y vuelven. Están con otros pero no les dan importancia. Has sido una más.
Sandra se había hecho ilusiones, estaba segura que ella había logrado lo que ninguna y que Juan se iba a casar con ella.

Por su lado, Lorena y Juan están muy contentos. Juntos, besándonos. Les gusta que la gente los haya recibido con normalidad, que su último distanciamiento haya sido como los de siempre. Como es costumbre, comienzan las apuestas para ver cuánto tiempo duran. Lorena y Juan se dan cuenta de esta porra que está haciendo y ellos mismo son los únicos en votar que durarán siempre. Se miran enamorados y se besan. Sandra no soporta verlos juntos, se mete entre ellos y es muy dura con Juan.
--¡¡tú me deshonraste, me tienes que cumplir¡ ¡¡estás obligado a casarse conmigo¡
Juan se burla de ella:
--si me tuviera que casar con todas las virgencitas que he estrenado.
Juan habla con prepotencia, con chulería para quedar como el gran macho ante sus amigos es algo que molesta a Lorena.
--Tampoco seas desagradable –le murmura.
Sandra lo oye y se enfada:
--¡¡no necesito nada de ti, mujerzuela¡
Sandra se quiere tirar encima de Lorena pero Juan se mete en medio. Trata a Sandra con mucha dureza.
--En estos tiempos la virginidad no sirve para nada, te hice un favor… ¿así me lo agradeces? –le dice con burla Juan.
Lorena se iba a meter con Juan pero le suena el celular. Es un número que no conoce. La cara le va cambiando mientras le van hablando. Sandra, muy enfadada, quiere bofetear a Juan que le agarra el brazo:
--¡¡a mí ninguna golfa me golpea¡ ¡¡olvídate de mí, loca¡
Lorena se ha derrumbado:
--no puede ser --murmura –mientras deja ir su celular.
Juan corre a ayudarla.
--¿qué te pasó, mi amor?
Sandra se pone furiosa porque Juan le deja de lado:
--¡estamos hablando¡
No le hace caso. Lorena se ha quedado pálida. Juan se va con ella para que le dé el aire. Sandra sigue actuando como si ella fuera la novia oficial de Juan y Lorena la intrusa. Los va siguiendo.
--¡¡no me puedes dejar así, no te vayas con esa inmoral¡
Débora se burla de ella.
--No te das cuenta que estás haciendo el ridículo?
Débora mira con desprecio a Sandra:
--tú que siempre te sentiste superior a nosotras, que nos insultabas y acabaste como nosotras…
--¡¡yo no soy una mujerzuela como tú¡ --dice ella ofendida.
--Si lo eres y Juan te ha puesto en su sitio…
Débora se ríe y Sandra muy dolida dice:
--¡¡Juan se va a casar conmigo aunque lo tengan que obligar mis padres…¡
Sandra se siente muy humillada por como la trata Débora y se jura así misma que hará lo imposible para romper esa relación. Sale al exterior para enfrentar a la pareja en medio de burla de Débora que dice que Lorena y Juan son inseparables, que ella ya intentó separarlos pero que pasé lo que pase siempre vuelven.
--¡eso ya lo veremos¡ --amenaza Sandra.

En el exterior, Juan trata de tranquilizar a Lorena que está muy preocupada.
--¡¡tengo que irme, tengo que irme…¡
Juan no la deja ir:
--¡¡pero dime que está pasando¡
Lorena se derrumba:
--¡¡me ha llamado la madre de Marc… él está en el hospital… se ha intentado suicidar¡
Lorena está desesperada. Juan responde con incredulidad. Sandra escucha lo que hablan y se le ocurre algo.
--¡¡son unos asesinos… van a tener en sus conciencias mi muerte y la de ese pobre chico¡
Las palabras de Sandra aturden más a Lorena. Juan la protege entre sus brazos. La va llevando hacia el auto. Sandra los sigue.
--¡¡me voy a matar, Juan, si me dejas me voy a matar y será culpa de la guarra de tu amante¡
Lorena y Juan entran en el auto. Es él quien maneja. Se alejan de la academia, de los gritos de Sandra. Lorena no deja de llorar. El intento de suicidio de Marc, las palabras de Sandra todo es demasiado. Mira a Juan con angustia.
--¡no nos van a dejar ser felices¡
Juan para el auto. La agarra de las manos. Trata de calmarla.
--¡¡no, claro que sí…¡ ¡¡vamos a estar juntos pese a todos¡
Juan ve inseguridad en la mirada de Lorena y eso le preocupa. Juan le pone las manos en las mejillas:
--¡júrame que nada de lo que digan te va a afectar¡ ¡¡júramelo¡
Lorena no puede jurarlo.
--¿has escuchado lo que ha pasado con Marc?¿lo que ha dicho Sandra?
--¡No le hagas caso a esa loca¡ --Juan desesperado sintiendo que la pierde.
--¿Y Marc? –pregunta ella con un hilo de voz.
Lorena tiene lágrimas en los ojos, le duele mucho que Marc haya querido quitarse la vida. Juan trata que se anime y calme. Lorena le cuenta que la ha llamado llorando la madre de Marc, que ha visto como su hijo se estaba tomando unos calmantes…
--¡si no hubiera llegado a tiempo se habría muerto¡
Juan está seguro que Marc lo que quiere es seguir dando pena a Lorena, lograr que ella se sienta culpable para que así ella no le deje.
--¡estaba su madre en casa¡ ¡él sabía que no le iba a pasar nada¡
--¡¡¿Cómo puedes ser tan insensible? ¡¡ese pobre chico se ha querido matar por mi culpa¡¡ --le reclama ella.
--No caigas en su juego…
Juan lo acusa de dar pena para quedarse con Lorena. A la joven no le gusta nada cuando Juan toma esa actitud que ella considera frívola.
--Nunca volvería con él pero no me gusta que seas tan mezquino…
--eso no es justo… Yo sólo digo lo que pienso… Marc ha logrado que te preocupes por él… Eso es lo que quería… Sabía que no corría peligro.
Lorena está seguro que Marc es incapaz de hacer una cosa así.
--¡tengo que ir a verlo al hospital¡
--si claro, yo vengo contigo.
Lorena se niega, no le parece de buen gusto. Juan se molesta.
--¿es que tanto te preocupa ese?
Se quiere convencer así mismo que Marc no es rival para él y le molesta que un chico como Marc le haga sentir inseguro. Juan se resigna a no entrar:
--me quedo en la puerta, te espero.
Lorena le advierte que ni se le ocurra acercarse o se molestará con él.
--está bien… pero júrame que no vas a dejar que la compasión te acerque a él.
Juan sabe que físicamente Marc no es un rival para él pero no se queda tranquilo sabiendo que su chica está cerca de su ex, teme que la lástima la acerque a él.

Al cabo de un rato Lorena llega al hospital preocupada. La madre está angustiada.
--¿¿qué ha pasado con mi hijo? Tú siempre lo has ayudado… habla con él.
El padre de Marc culpa a la chica del estado de su hijo. Marc está triste, más tranquilo pero no quiere ver a Lorena. A la joven le duele, sale llorando. Juan se queda más tranquilo al ver que Marc no quiere nada con Lorena, confía en que Marc salga para siempre de su vida. Juan toma de la mano a Lorena:
--No te lo tomes así, Marc se va a recuperar.
--Es horrible sentir que una persona se quiso matar por ti, ¿y si Sandra hace una locura así?
--Conozco a Sandra, jamás atentaría contra su vida –dice Juan acariciando las lágrimas de su amada.
--¿¿Cómo sabes? ¡la has tratado bien feo¡
Juan besa las lágrimas de Lorena:
--No me gusta verte triste, todo va a estar bien. Estamos juntos.
Lorena se refugia en brazos de su amado. Mientras, Sandra está decidida a seguir las pasos de Marc. Sabe que eso será un golpe duro para la pareja. Su padre está en casa. Escribe una nota y se toma un bote de pastillas para dormir. Deja la puerta abierta de su habitación confiando que su padre la encuentre pronto. Poco a poco la va venciendo. A su padre lo llaman por el celular, le ha salido una urgencia en el trabajo y tiene que salir. Cree que su hija duerme y se va sin decirle nada.



Capitulo 22



Lorena está mirando por la ventana. Juan la abraza por la espalda. No lleva camisa. La abraza con fuerza.
--¿estás triste? No quiere verte mal.
Lorena no lo mira, lo acaricia en el brazo.
--¿no estás feliz conmigo? –pregunta él preocupado.
Lorena entonces sí lo mira y sonríe enamorada.
--Estos dos días han sido una luna de miel. Como antes que comenzaron nuestros problemas, nuestras rupturas…
Lorena se está poniendo triste recordando el pasado y Juan la besa.
--Reconozco que todo ha sido mi culpa, no he sabido controlar mis hormonas…
Juan siempre ha sabido que resultado muy atractivo y seductor para las mujeres y nunca se ha podido controlar cuando una ha querido llevarlo a la cama.
--Te pido perdón por las veces que te he faltado y…
Lorena lo besa:
--ahora estamos en paz pero no se trata de esto… Yo te quiero y no me gusta estar sin ti.
Juan la abraza con mucho cariño, con mucho amor. Los dos se aman y se necesitan y confían en poder llevar su relación con madurez y no volver a protagonizar una de sus habituales rupturas. Juan la va besando hasta hacerla sonreír:
--¿ya no estás triste, no?
Abrazados van caminando, hacia la cama.
--No es por ti, es porque me duele que estoy acabe…
Juan la besa en la mano:
--esto no acabará nunca. Mañana en la tarde estaremos haciendo el amor en tu apartamento, por la mañana estaremos juntos en la academia… Todo será genial…
Juan es muy optimista pero Lorena no puede olvidar a esas dos personas que en estos momentos hacen sombra en su relación: Sandra y Marc. No los quiere mencionar para no estropear el momento pero sí es cierto que no sabe cómo las relaciones que tienen en el presente afectará al funcionalmento de su relación. Juan no está preocupado. No le costará en absoluto dejar a Sandra y está seguro del amor de Lorena a él por lo que tampoco ve porque tiene que ser un problema para Lorena romper con Marc. Lorena lo único que se atreve a decir es:
--He sido feliz contigo este fin de semana, no quiero volver a la normalidad, quiero estar siempre contigo.
Juan le repite lo mucho que la ama y que está decidido a todo con tal que esta vez sí sea la definitiva. Luego guiña el ojo a su chica y le dice:
--¿nos vamos a la playa?
Los dos se miran seductores. Saben a lo que van. Dan paseo sobre la arena, corren, juegan, se besan, se desnudan, se bañan, hacen el amor. Son tan para el cual. Se complementan en su totalidad. Sólo cuando están el uno con el otro son felices totalmente. Caen sobre la arena, desnudos mirando la luna. Tomados de la mano. Quedan pocas horas para que amanezca. Tienen que volver a casa, enfrentarse a su rutina.
--¿qué vamos a hacer mañana cuando vayamos a la academia?
Tumbados en la arena, con las cabezas giradas para mirarse.
--Nada, la gente ya está acostumbrando a que rompamos y volvamos…
El poco respecto que Juan tiene hacia las mujeres con las que se divierten es algo que siempre le ha molestado mucho a Lorena pero ama demasiado a Juan y no desea pelearse con él. Desea que todo salga bien.
--Sandra y Marc se lo van a tomar muy mal…
Juan se encoje de hombros. No es algo que le importe.
--Sandra era virgen, eso tú no lo respectaste –le reclama.
--El Marc ese también sería virgen ¿no? –Juan se la devuelve.
--No es lo mismo, Marc quería estrenarse y Sandra esperaba casarse contigo…
Juan tiene la conciencia tranquila:
--Yo jamás le prometí nada, ni le dije que la amo. Ni siguiera le dije que fuéramos novios. La seduje y ella aceptó… nada más…
Lorena se levanta. Se pone furiosa cada vez que piensa que Juan ha engañado a esa joven. El --chico se levanta y la abraza.
--por favor. No vamos a discutir por el pasado…
Aunque le cuesta Lorena lo acepta:
--pero es la última vez que te lo perdono…
Juan le asegura que no le fallará. A él también le molesta la presencia de Marc pero ahora los dos están a la par y no le dice nada.
--Tendremos que hablar con ellos antes que nos vean…
Juan nunca ha roto con una chica:
--Ya se dará por aludida… ¿es que tú le piensas dar explicaciones a ése? –dice con desprecio.
--Se las merece ¿no?
Juan no ve porqué pero no quiere discutir. Se abrazan y se besan.
--Vengan vamos a dormir un poco que luego tenemos que manejar… --dice Juan.
Como están delante de la casa y es de madrugada y no hay nadie, no se molestan ni en vestirse. Se agarran de la mano y con la ropa en la otra caminan tranquilamente hasta la casa. Luego se abrazan, se besan y van hacia la cama.


Al día siguiente, regresan en el auto de Juan. Él la quiere llevar a su casa.
--No, es que voy a ver a Marc.
Juan no se lo toma muy bien.
--¿tan pronto?
--Cuanto antes acabe con esto mejor.
Lorena se da cuenta que se ha engañado así misma, que se fijó en Marc por su inocencia y físico poco agradable, porque representa lo contrario que Juan. Ahora no sabe como echar atrás a todas las palabras que le ha dicho.
--¿quieres que yo esté contigo?
--No, claro que no.
Aunque sabe que no tiene porque sentir celos, por orgullo, a Juan le gustaría ver la cara de Marc cuando ella rompa con él.
--Yo te llevo y no acepto un no.
Juan pone la excusa que no quiere que luego tenga que volver sola. Para convencerla le dice:
--así vamos a tu departamento, nos divertimos un ratito –pícaro—y vamos hacia la academia.
Lorena no puede con la tentación:
--pero aparcas cerca y me esperas…
Así lo acuerdan. Con tan mala fortuna que Marc está paseando a su perro y los ve besándose en el auto. A Lorena le duele ver la tristeza de Marc. Sale del auto:
--¡¡espera, espera…¡
No quería que él se enterara de las cosas de esa manera. A Marc lo que más le duele es la mirada burlona de Juan. Juan está contento que Marc los haya visto, que se haya bajado de esa nube en la que estaba montado. Con la mirada le está diciendo muchas cosas, que si como se creía que podía competir con él, que si Lorena sólo ha jugado con él… Marc recoge todos estos pensamientos. Marc no la quiere escuchar. Todo está claro.
--He descubierto tu mentira.
Lorena no quiere que Marc se vaya así, Juan sale del auto. Abraza a la chica, mira a Marc con una sonrisa victoria. Marc se va dolido. Lorena se siente angustiada.
--¡¡tengo que hablar con él, esto no puede quedar así…¡
Juan la tiene abrazada y no se lo permite:
--ya eres libre… se acabó… Vamos al auto…
Lorena se deja llevar al auto pero está triste porque sabe que Marc sufre en silencio. Juan no piensa darle explicaciones a Sandra así que no entiende porque la pena de Lorena. Ahora ya son libres.
--Marc se lo ha tomado bien. No te lo tomes así tú… Él siempre sabía que no ibas en serio, no es tan tonto como para pensar que lo prefieres a mí…
--A veces eres un poco prepotente… eso no me gusta… --dice ella seria.
Pero Juan sonríe, la besa y ella se olvida de todo. Pasan por el apartamento de ella, echan un polvo rápido para relajarse y ya se las hace la hora de llegar a la academia. Sandra espera al que considera su novio en la entrada y se queda helada al ver a Juan tomado de la mano de Lorena. Le hace un escándalo al que Juan no está acostumbrado y pasa de ella.
--Lorena es mi novia, tú lo sabías, has sido un pasatiempo…
Lorena agacha la mirada. Se siente mal por Sandra. La chica se quiere lanzar sobre Lorena pero Juan la protege con sus brazos.
--¡Perra, me has quitado a mi novio…¡
Sandra grita e insulta a la pareja mientras que Juan se aleja de ella llevándose a Lorena con él. Lorena lo mira molesta. Le duele la indiferencia de él. Le queda claro que le han sobrado motivos para querer alejarse de Juan, no aceptar que lo ama pero ya no se quiere echar atrás. Nadie la separará de su hombre.