viernes, 12 de febrero de 2010

Capitulo 25




Lorena no ha querido salir de casa de Susana. Juan se ha cansado de tocar a la puerta de su apartamento, de ponerle mensajes. Finalmente se decide ir a casa de su amiga. Susana es quien lo recibe. Juan tiene una aptitud sumida y llega con un ramo de rosas.
--Lorena está contigo ¿no?
A Susana le sabe mal no dejarlo pasar.
--Lo siento, ella no te quiere ver.
Juan se angustia mucho.
--No me hagas esto, Susana, tengo que hablar con ella.
La chica se muestra cariñosa y amable con el novio de su amiga.
--Lo siento, tienes que entenderla. La muerte de Sandra la tiene muy mal, quiere estar sola.
Juan se muestra desesperado. Siente que todos se están poniendo en su contra para separarlo de su chica, siente que la está perdiendo y no quiere estar ni un segundo separado de ella.
--Yo lo único que entiendo es que amo a esa mujer que está ahí dentro y que no voy a dejar que una tontería nos separe…
--es que eso es lo que le molesta de ti, tu frialdad, que no te importe que Sandra se haya matado…
--Fue su decisión –dice él con dureza, no es un asunto del que quiera hablar.
Susana le va diciendo que no la ponga en un compromiso, que se vaya pero Juan no está de acuerdo:
--lo siento pero no puedo hacerte caso…

Lorena está mirando por la ventana. Sabe que Juan está en la casa y eso la tiene muy nerviosa. Cuando piensa en él piensa en los que han sufrido y eso al ayuda a mantenerse en su posición de alejarse de él. Se abre la puerta.
--¡Susana, no insistas dije que no quería verlo…¡
--Pues dímelo en la cara… --pide él con la voz rota.
Es él… Su presencia, su voz la hacen estremecer. Ella se gira, se miran con tristeza.
--No te acerques.
Los dos están rotos. Ella porque está frustrado el amor que siente por él y Juan porque sufre al ver el dolor de ella, a verse rechazado.
--¿qué te pasa?¿porqué me haces esto? –pregunta él triste.
Lorena se altera.
--¡¿¿es una broma no? ¡¡esto es increíble¡
Lorena va caminando por la habitación enfadado. Juan la va siendo con su ramo de rosas en la mano. Ella se niega a quedárselo.
--¿¿hablas en serio? ¿¿de veras no sabes porque estoy enfadada? –le reclama con incredulidad.
--Sé que te duele lo que ha pasado Sandra pero…
Lorena no lo deja seguir. Le duele la frialdad con la que él está hablando.
--¡ha muerto, una mujer ha muerto por nuestra culpa¡¿¿¿me vas a decir también que lo ha fingido como me dijiste con Marc?¡
Juan trata de abrazarla pero Lorena lo rechaza.
--¡que no quiero que me toques, que no quiero verte¡
--Sandra está muerta, no fue nuestra decisión…
Lorena está totalmente deshecha. Se derrumba sobre la cama.
--es que si yo nunca hubiera estado con Marc tú no te habrías ido con ella y ahora esa pobre chica estaría viva… ¡¡soy una asesina¡
Juan se pone en cuclillas. Es muy cariñoso. La va abrazando.
--tú no tienes la culpa de nada, tal vez yo me porté mal pero bueno lo que hicimos fue porque ella quiso y no veo porque deba sentirme culpable.
Lorena lo mira dolida y con reproche:
--ojalá nunca te hubiera conocido…
Juan se levanta, se lleva las manos a la cabeza. Ha sido toda una puñalada que lo hiere.
--¡No me puedes hacer esto después de todo lo que hemos vivido…¡
Lorena se muestra dura y sin piedad:
--Lo siento… se acabó para siempre…
Juan se enfurece, le duele que siempre pongas “excusas” para no estar con él.
--¡pues genial¡
Sale de la habitación muy molesto con la intención de no volver dejando a Lorena llorando sobre la cama. Susana lo espera impaciente, deseando que se arreglen las cosas. Le duele ver a Juan tan enfadado:
--¡¡dile a tu amiga que ahora sí se acabó para siempre¡ ¡¡que si quiere si siga revolcando con el imbécil ese o quien quiera a mi me da igual¡
Juan está furioso y dolido. Parece convencido de lo que parece. Susana corre a abrazar a su amiga que llora resarciéndose de dolor sobre la cama.
--¿¿qué hiciste amiga, qué? –le pregunta fraternalmente.
Lorena está deshecha:
--es lo mejor, todo esto que ha pasado es una señal de que no debemos estar juntos…
--espero que nunca te vayas a arrepentir de lo que acabas de hacer –dice acariciándola.

Juan, por su lado, entra en su auto ella una furia. Golpea el volante con rabia.
--¡¡que ni crea que le voy a guardar luto¡ ¡¡está noche no duerme solo¡
Juan está herido y tiene ganas de descargarse, tiene ganas de quitarse ese coraje.

Al día siguiente, Lorena está sola en su apartamento. No ha ido a la academia porque no quería enfrentarse a los comentarios de la gente. Llaman al timbre de una manera intensa. No quiere abrir pero no dejan de llamar así que se ve obligada.
--¿¿¡donde está el fuego?¡ --grita molesta.
Le sorprende ver a Débora.
--¿qué quieres? –Lorena a la defensiva.
No la invita a pasar pero Débora se invita sola:
--si, pobre de ti –dice con ironía—debes estar fatal. Yo de ti me mataba, no debe ser fácil llevar en la consciencia de una la muerte de una persona…
A Lorena le duelen mucho los comentarios de la chica, le da empujones para que se vaya. Débora se ríe de ella.
--si te entiendo, tú aquí sufriendo porque te sientas mal y tu novio acostándose con otra…
Lorena sabe que no debe hacer caso al veneno de Débora pero sus palabras se le clavan en el alma a Lorena.
--¿¿qué?
Débora goza enormemente viendo que le hace daño. Habla con mucho sarcasmo:
--si qué mal ¿no? Juan es un cerdo. Es que nunca va a cambiar el cadáver de Sandra aun caliente y él jodiendo con otras… pero yo lo vi, en la discoteca de siempre… Cualquiera te lo puede contar…
Lorena la echa a patadas. Cierra la puerta a la fuerza mientras Débora riendo va diciendo:
--¡desagradecida, eso me pasa por buena gente¡
Lorena cierra la puerta y cae en el piso llorando desolada. Se golpea el pecho:
--¡¡porqué no puedo olvidarlo¡

Al cabo de un rato, Lorena, sin saber muy bien porqué, va al hospital. Necesita ver a Marc. Ya le han dado el alta y en la casa el padre la recibe mal. Le dice que su hijo se fue de viaje y que no les moleste más. Lorena se va triste. Marc no está de viaje. José María se lo ha llevado a vivir a su casa. Comparte apartamento con dos chicos más.
--¿seguro que no molesto?
--No claro… estarás en mi habitación… Nadie tiene porqué decir nada…
José María le dice dónde debe acomodar sus cosas.
--es pequeño pero te lo ofrezco con mucho cariño.
Marc se sienta en la cama:
--me sabe mal invadir tu espacio…
Tendrán que dormir en la misma cama y muy juntos. Marc agradece el cariño y el apoyo de José María. Se sienta a su lado. Le pone la mano en el muslo:
--tu casa es mi casa. Todo lo haga muy a gusto.
--Y qué pasa con Susana?
--No buen,o no sabrá nada… ella nunca entra, no le gustan mis compañeros… Lorena no sabrá nada…
Marc lo abraza para darle las gracias.
--no sé que haría sin ti.
José María lo trata con mucha ternura.




Un par de días más tarde, Juan ha ido a casa de Susana. No se resiste a perder a Lorena y ella no contesta en su departamento. La madre de Susana le dice que ninguno de las dos estás. Juan se enfurece.
--¡sé que Lorena está con ustedes¡
La madre no le quiere decir nada. Juan da patadas a la pared molesto. En eso que llega Susana, él la zarandea.
--¡¡¿¿dónde está mi chica?¡
Susana le pide que se calme pero Juan no se piensa calmar si no le dicen de Lorena.
--Quedó con José María, quería saber de Marc.
Juan se golpea los puños.
--¡¡¡pero es que le pasa con ese¡ ¿¿porqué no lo olvida? ¡¡nadie la amará como la amo yo…¡
Susana se muestra dolida con el chico. No le gusta saber que por ese hombre tan infiel engañó a su amiga y a su novio.
--¡Sabemos que ya te acuestas con otra… recién enterrada Sandra¡
Juan está desesperado, le reclama con rabia:
--¿¿todo esto lo haces por celos? ¿¿porqué no te conformas con sólo una vez?
José María y Lorena están llegando por detrás. No los ven. Susana y Juan siguen discutiendo.
--¡da gracias que no le he dicho que nos acostamos juntos sino la pierdes¡
Juan no acepta su culpa.
--¡yo no estaba con ella y tú si estabas con José María¡
José María y Lorena se han quedado en shock. Ninguno de los dos quiere hablar con sus respectivas. José María tumba de un puñetazo a Juan y se va con Lorena. Juan se levanta, grita desesperado. Corre tras el auto sin alcanzarlo. Susana se traga su dolor. Sabe que merece lo que está pasando. José María maneja en su silencio. Sienten que su alma está rota. Se miran y son todo venganza. Se dejan llevar por la rabia. Se besan ardientemente. Lorena se lo lleva a su apartamento. Desnudos en la cama, retozando odio. Justo un segundo antes, Lorena se arrepiente.
--¡no, no puedo¡
José María, desnudo, le suplica ardiente de rabia.
--¡No me hagas esto¡
Él necesita cobrarles con la misma moneda, Lorena se levanta envuelta en una sábana.
--Por despecho he ido de unos brazos a otro… ahora ya no más…
José María jadea, le pide que no haga una excepción, que Juan y Susana se merecen que se la cobren, Lorena se encierra en el baño. Llora. José María se acaba vistiendo vencido.







Algunos días después, Lorena se atreve a ir a la academia. Si no se presenta a sus exámenes perderá todo por lo que ha luchado por años. Se muestra insegura. Siente que todos la miran, que murmuran. Al llegar al salón lo primero que ve es a Juan coqueteando con otra. A Lorena le duele mucho ese comportamiento de Juan. Aunque sufre, Juan se muestra indiferente y eso lástima a Lorena. No puede con la impresión y acaba desmayándose. Juan se angustia mucho, toma a la joven en brazos y la lleva a la enfermería. No tarda en recobrar el conocimiento. Juan está con ella muy preocupado. Se miran de reojo y les duele estar peleados pero a Lorena le emociona que él se haya preocupado por ella.
--estoy bien, no es nada…
Después de examinar el doctor dice:
--Deberías hacerte unos análisis… Yo creo que estás embarazada.
Juan fulmina con la mirada a Lorena que se ha quedado boquiabierta.




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