viernes, 12 de febrero de 2010

Capitulo 6




Aunque sigue al lado de Juan viviendo su tórrido romance, Lorena está comenzando a sentir cosas por Marc . Lo mira y se siente frustrada. Juan es guapo, agradable y se lo pasan bien pero, aunque ella lo ama, la relación que tienen se basa en el sexo. Marc y Lorena se encuentran esa mañana en el pasillo de la academia. A Marc se le cae un papel y Lorena se agacha para recogerlo. Marc se pone demasiado nervioso cuando la chica está delante de él y no se mueve. Ella le devuelve el papel. Sus manos se rozan. El tacto de su mano, el tono de su voz cuando le dice un tímido gracias, su dulzura, su mirada llegan a la chica hasta el fondo de su corazón. En ese momento hubiera deseado cambiar a Juan por Marc . Ama y desea a Juan pero no puede confiar en él. En cambio con alguien como Marc nunca tendría dudas. En un momento en el que Juan está en el lavabo, Lorena se acerca a Marc. El chico habla que parece que le va a dar un infarto. No puede creer que la chica más bella se esté dignando a hablarle. Se siente bien al lado de Marc. Juan no tarda en llegar. No le preocupa ver a su chica con otro pero no siente que alguien como Marc sea rival para él. Lorena mira hacia atrás con cierta tristeza. Le gustaría quedarse con Marc antes que la pasión de Juan la vuelva a enloquecer como cada tarde. Hace el amor con Juan con la misma devoción ardiente de siempre. No comprende qué le pasa. Se siente arrastrada irremediablemente hacia los brazos de Juan pero no puede tener una relación estable con una persona con la que constantemente tiene que temer que se acueste con otra. No deja de pensar que con Marc todo sería distinto, que nada de eso pasaría.

Saliendo con Juan, Lorena se da cuenta que la belleza exterior es lo de menos, que no es lo que te hace feliz. Juan es buena persona, lo adora, lo ha amado siempre pero no le gusta, no quiere aceptar ese amor. No se imagina enamorada de un chico que atrae a las chicas como la miel a las moscas. Sufrió un fuerte desengaño con Nicolás, especialista en saltar de cama en cama, y le ha perdonado demasiadas infidelidades a Juan como para pensar en tener una relación estable con alguien como él. En cambio con Marc podría tener la relación tranquila y estable que busca. Marc no es un chico deseado. De hecho ninguna de las chicas de la academia se fijaría nunca en nadie como él. En eso podría estar tranquila y no pendiente de las buitres que rodean a su chico en busca de carne.

Esa mañana, Juan se acerca a Lorena con cara de depravado:
--¡Esta tarde en vez de en tu casa nos vamos a la mía que estaré solo¡
¡estoy deseando estar a solas contigo y que me hagas esas cositas ricas que tú sabes¡
Lorena siente mucha rabia. Lo habría matado. Por la cara que pone quedan bien claras sus intenciones. A Lorena no le habría molestado si Marc no hubiera estado delante. Se siente humillada de que Juan haga ese tipo de comentarios delante de él. Se siente fatal. Ante otro le hubiera dado igual pero ante Marc no. La joven se siente ofendida. Siente que Marc la mira como si fuera una cualquiera y eso le duele. Habría roto con Juan en ese mismo momento. Se lo piensa bien y en la tarde cuando va a casa de él tal y como han quedado están decidida a decirle que quiere que rompan. Se encuentra con una sorpresa. Cumplen su primer mes, un mes de aquel día en que después de un beso en la grabación hicieron el amor. Ha habido tantas idas y venidas, habría tantos aniversarios que recordar que Lorena no lo tenía en cuenta. Se encuentra con toda una sorpresa. Juan ha adornado la casa en plan fiesta de cumpleaños. Ha comprado un pastel en forma de corazón y con una vela. Además él se ofrece como regalo. Le hace un sensual strip-tease quedando desnudo ante ella. Luego enciende la vela.
--¡¡tenemos que pedir un deseo¡
Aunque ella le dice que ha pedido lo mismo que él: felicidad para ambos como pareja, Lorena ha deseado ser la novia de Marc. Se siente culpable de su deseo pero es lo que quiere. Siente que con un hombre como Marc sí podría ser feliz plenamente. Juan está muy entusiasmado y le da otro regalo: un conjunto de ropa interior roja muy sexy que ella se pone ante la lasciva mirada de él y que no ha tardado nada en quitárselo mientras la magrea con pasión. Para disculparse por su falta de regalo, Lorena le miente asegurándole que se lo ha dejado en casa de su amiga Susana.
--¡¡llámala para que me lo traiga¡ --dice él muy entusiasmado –estoy deseando ver lo que me has comprado.
Lorena fuerza una sonrisa. No puede evitar la llamada a su amiga y delante de él. Por suerte Susana entiende lo que está pasando y corriendo va a comprar lo primero que se le ocurre. Lorena la recibe en vuelta en una sábana. Le da las gracias y la echa enseguida. Juan la está esperando desnudo en la cama. Lo abre ansioso:
--¡me encantan los regalos¡
A Lorena le da pena no haber pensando en comprarle nada pero almenos no queda del todo mal con la colonia y loción para después del afeitado. Juan se lo agradece con cara de póker y para evitar que él le diga lo que piensa (que podría haberlo buscado algo más original) Lorena se ha puesto a jugar con el aparato sexual de él que es algo que a Juan le fascina. Y a ella también.



Susana está esperando a Lorena en su casa para qué le cuente lo que ha pasado.
--¿es que es vuestro aniversario y se te ha olvidado?
--bueno él cuenta un mes pero no sé desde donde exactamente, no sé que aniversario es el que es… Lo que sea, tenemos una relación tan vacía… está dando demasiado de sí…
--No digas eso… él te adora y tú…
Susana no se atreve a decir que le consta que su amiga ama a Juan porque sabe que ella se va a enfadar pero es así. Aunque está bien con su novio, José Maria, Susana lo cambiaría por el guapo Juan sin dudarlo. Lorena le habla de Marc y Susana no puede entender que Lorena quiera dejar a Juan por alguien feo.
--sueño con Marc, con él sí podría establecer una relación seria y me gustaría…
--¡estás loca¡ ¿vas a dejar a Juan por un feo? –incrédulo.
--Si supiera que Marc me iba a aceptar lo haría pero él debe pensar que soy una cualquiera y Juan es mucho Juan como para dejarlo así como así… No se lo merece, él se esfuerza en que la relación salga bien aunque no puede evitar ser tan infiel.
Lorena se calla que a quien ama es a Juan.
--Juan es guapo y simpático… tiene todos los ingredientes para enamorar a cualquiera –dice Susana.
--A mí no –miente ella—yo me quedaría con Marc.
Susana sabe que Lorena se está engañando, que una cosa es que su cabeza le diga que tiene que amar a Marc y otra que su corazón ame a Juan pese a las continuas infidelidades de él.

Comienza un día más. Los de primero con algunos voluntarios de tercero se irán a hacer unas pruebas de rodaje al centro de la ciudad. La mayoría de los profesores tanto de Juan como de Lorena no estarán así que ellos ya habrían acordado que pasarían todo el día juntos pero Marc estará en esa salida y Lorena quiere ir, quiere estar a su lado así que se hace voluntaria para ir. A Juan no le sienta nada bien y le pide explicaciones a la chica.
--Habíamos quedado que no íbamos a ir… ¿qué pasa? Te dije que yo no quería estar todo el día con los de primero…
--No sí no tienes porque venir porque ya no quedan plazas. Yo he ocupado la última. Lo que pasa es que me lo han pedido con tanto interés que me ha sabido mal decirles que no, no les quiero quedar mal.
--Creí que lo que más te importaba es estar conmigo, ¿cómo me puedes salir con una cosa así ahora?
Juan se pone mimosón. En la tarde hacen el amor y él trata de convencerla con sus mejores armas de galán.
--¿te importa tanto quedar bien? Mira que podíamos estar así durante todo el día.
--En nuestra profesión es muy importante tener amigos… --se defiende ella.
Juan no se resigna. Agarra la mano de ella y empieza a acariciarse con ella. Muy coqueto le dice:
--todo esto será tuyo durante todo el día si quieres.
La tentación es mucha pero no. Hacen una vez más el amor y él después se va muy frío. A Lorena le sabe mal. Por un momento le duele estar destruyendo su relación con el chico que ama por otro que recién llega pero está ilusionada con Marc, con la idea que él sí le puede dar lo que ella busca así que sigue adelante.

Y amanece un día más, Lorena es la primera en llegar. No se separa de Marc. En el autocar se siente a su lado. Él está muy nervioso. No es capaz de decir nada. Ella es la que toma la iniciativa y le va hablando. Le cuesta llevar una conversación con él porque Marc sólo contesta con unos nerviosos monosílabos pero Lorena no se rinde. Poco a poco logra que él hable tranquilamente, le cuenta cosas de sus estudios, de sus clases…
--es tan lindo –dice ella suspirando.
Se paran para descansar y tomar algo. Entran en un bar todos juntos. Lorena no se desengancha de Marc. Se sienta a su lado. Ella está emocionada por estar a su lado. Marc está al borde del colapso por la excitación. Sus piernas se van tocando y además ella en todo momento le va pidiendo que le pase cosas de la mesa para tocarle la mano.

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