viernes, 12 de febrero de 2010

Capitulo 8


Lorena está aturdida. Su cabeza le dice que el hombre que ella quiere y necesita es el feúcho y virgen Marc pero en cambio su corazón señala al guapo e infiel Juan. Quiere estar con Marc pero se ve incapaz de romper con Juan. Para eso tendría que estar a solas con él y le costaría mucho estar con él sin hacer el amor. Es fin de semana y además el lunes festivo.
--Me voy a mi casa en la playa con José Maria, ¿te vienes?
A Lorena le apetece desaparecer. No encontrarse con Juan hasta tener claro lo que tiene que hacer pero tampoco quiere hacer un mal tercio, ser un estorbo para su amiga que está viviendo una luna de miel. Susana insiste, quiere animarla.
--Yo te puede dejar ropa, así no tendrías que ir a tu casa. Te vendría muy bien desaparecer.
--pero es que no puedo irme sin decirle nada a Juan…
--pues le inventas una excusa.
Juan y ella se conocen perfectamente, la iba a descubrir. Lorena se despide de su amiga. Ambas se desean un buen fin de semana aunque Lorena está demasiado confundida para que esto pase. Puede pasar todos estos tres días haciendo el amor con Juan y le apetece pero siente que Marc le puede ofrecer algo más y no quiere renunciar a eso. Casi sin darse cuenta Lorena conduce sus pasos hasta casa de Marc. El chico está sacando la basura, vestido muy informal. Se sorprende al verla.
--¿qué haces aquí?
Lorena no puede creer su suerte. Se alegra de verlo.
--Tenía ganas de verse.
Marc se rasca la cabeza tímido.
--¿ha pasado algo con Juan?¿se ha enfadado contigo?
Por decirle algo le comenta:
--Si, hemos discutido mucho y hemos roto.
Aunque ella no está segura de querer dejar a Juan ni que pudiera hacerlo, en esos momentos le gustaría ser una mujer libre, libre para lanzarse en los brazos de Marc. El chico es dulce pero está nervioso. Se le sale el corazón de la garganta, agacha la mirada por miedo a que ella se ría de él por haber dicho una estupidez pero es algo que necesita saber.
--¿ha sido por quedarte conmigo?
Lorena cuenta lo que le hubiera gustado que pasara.
--Si.
Él no se atreve a mirarla directamente a los ojos porque le sofoca mucho.
--lo siento –dice tímidamente.
--Yo no, así es lo mejor.
Están delante de casa del chico. Marc está demasiado excitado y tiene miedo de decir algo que molesto a la chica.
--bueno, ya nos veremos.
Él se da la vuelta para entrar pero Lorena no lo deja escapar.
--¡Marc¡
Él se estremece por el interés tan extremo que ella le demuestra. Se gira un poco aturdido.
--¿te vienes a pasar estos 3 días con unos amigos? Nos vamos a la playa.
--si, vale –dice nervioso y contento-- ¿Cuándo salimos?
--ahora mismo.
Marc queda desconcertado pero esa propuesta es un sueño para él. No se quiere hacer ilusiones, la chica le gusta mucho y no cree que ella quiere algo con él pero no pierde la oportunidad.
--¿siempre planeas las cosas con tan antelación? –pregunta con ironía.
Ambos se sonríen. Marc está bien ilusionado. No cambia de idea. Hace pasar a la joven que es recibida por los padres del chico con mucho cariño y como si fuera su novia aunque Marc aclara que es una amiga para no hacer sentir mal a Lorena. Ésta no quisiera otra cosa, cerrar los ojos, abrirlos y que todas las mentiras que ha dicho fueran ciertas y que fuera la novia de Marc. Con timidez Marc la hace pasar a su habitación y se la enseña. Le gusta conocer el lugar en el que duerme. Mientras Marc prepara una bolsa de viaje, la madre de ella, que la trata como mucho cariño y Lorena se lo agradece, le ofrece una bebida. Pide ir al baño y desde ahí llama a Susana. Le cuenta de sus nuevos planes y pedirle que ponga ropa de más en su maleta. Marc y Lorena se quedan en la habitación de él mientras esperan que los vayan a buscar. Lorena está entusiasmada y Marc se ve emocionado. Él habla atropelladamente y sonríe porque sí, está muy nervioso. La timidez y ternura de él hace que cada vez Lorena está más convencida que Marc es el chico que le conviene. Por su lado, Juan, muy guapo y con ganas de ver a su chica, se presenta en casa de Lorena. Le sorprende ver que nadie le contesta. No se ven luces.
--¿aún no llegó?
El celular de ella está apagado.
--que raro.
Pero Juan está convencido del amor que Lorena siente por él, que lo desea como nunca ha deseado a un hombre y jamás pensaría que sería ella la que lo dejaría para estar con otro. No concibe que una chica pueda llegar a dejarlo plantado y menos Lorena.



Lorena y Marc están viviendo un sueño. José Maria y Susana son muy discretos. No mencionan a Juan. Marc y José Maria se dan las manos. José María le da un abrazo. Lo reciben muy cordialmente y están encantados. Lorena y Marc viajan en los asientos de atrás. Ella bien enganchada a él. No quiere pensar en nada, quiere vivir esos días sin pensar en las consecuencias. No tardan mucho en llegar a la casa. Es una pequeña casita junto a la playa. Un ambiente muy romántico para dos parejas. José María y Susana comparten cama.
--¿os pongo en la misma habitación? –susurra al oído Susana a Lorena con complicidad.
A Lorena le hubiera encantado pero le parece precipitado. Más por él que por ella. Ya teme que Marc pueda pensar de ella que es una perdida, no quiere asustarlo antes de tiempo.

El tiempo pasa y Juan nada que localiza a Lorena. Le deja mensaje de voz.
--Es el mensaje numero 100, ¿Dónde te has metido?
Está preocupado. Llama a Susana pero ésta no le contesta.
--¿¿qué está pasando?
Tiene miedo que le haya pasado algo. Va a casa de Susana. Llama un rato. Lo recibe una vecina chismosa.
--No, se fue con el novio… No volverán.
Juan no quiere dar muchas explicaciones pero está preocupado por Lorena.
--¿conoce a la amiga, Lorena? ¿la ha visto?
--Sí ha estado en la tarde…
Juan no entiende que está pasando con Lorena pero almenos le tranquiliza saber que está bien. Vuelve a su casa, trata de calmarse.
--ya me llamará.
Se encierra en su habitación. Está frustrado. Rabioso porqué no sabe nada de Lorena. Se tumba en la cama pero se vuelve a levantar.
--¡No, yo no me voy a quedar amargado un viernes por la noche mientras ella a saber dónde se fue con la loca de su amiga¡
Se levanta. Se asegura que tenga el celular bien conectado para cuando Lorena quiera llamarlo. Se ha arreglado y perfumado para ella, ya que Lorena no lo ha querido aprovechar pues ya lo hará otra. Juan se deja llevar por la rabia, la frustración porque no puede estar con Lorena.

Mientras, en la playa, las dos parejas cenan de una manera informal frente al mar.
--¡vamos a bañarnos en bolas¡ --dice José María desnudándose para sorpresa de Marc.
Marc casi se infarto al ver como José María y Susana se quedan desnudos y se meten en el agua. A Lorena le hubiera gustado que Marc se animara pero es demasiado tímido. A él no le importado nada ver a Lorena desnudo pero él no se hubiera desnudado.
--ve tú si quieres –dice él.
Lorena no sabe si Marc pensaría mal de ella si se bañara desnuda. Con Juan lo haría pero si Marc no se anima pues no tiene caso.
--prefiero quedarme a tu lado.
Él la mira con una dulzura que la atraviesa el alma.
--No me he equivocado al preferirlo a Juan –piensa.

Juan está en una de las discotecas de moda. Ha bebido y está dolido. Mezclado con su belleza es una dosis peligrosa para su fidelidad de pareja. Empieza a bailar de una forma muy provocativa. Su melena moviéndose, sus curvas extremadamente bellas. Una chica también muy sensual y poco vestida, baila a su ritmo. Los dos se comen con los ojos. Juan se siente dolido por no sabe nada de Lorena, porque no se han visto en todo el día y se deja dominar por su cuerpo, esa chica no deja escapar la oportunidad. Se deja llevar fácilmente al auto de él en donde fornican como bestias.

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