viernes, 12 de febrero de 2010

Capitulo 22



Lorena está mirando por la ventana. Juan la abraza por la espalda. No lleva camisa. La abraza con fuerza.
--¿estás triste? No quiere verte mal.
Lorena no lo mira, lo acaricia en el brazo.
--¿no estás feliz conmigo? –pregunta él preocupado.
Lorena entonces sí lo mira y sonríe enamorada.
--Estos dos días han sido una luna de miel. Como antes que comenzaron nuestros problemas, nuestras rupturas…
Lorena se está poniendo triste recordando el pasado y Juan la besa.
--Reconozco que todo ha sido mi culpa, no he sabido controlar mis hormonas…
Juan siempre ha sabido que resultado muy atractivo y seductor para las mujeres y nunca se ha podido controlar cuando una ha querido llevarlo a la cama.
--Te pido perdón por las veces que te he faltado y…
Lorena lo besa:
--ahora estamos en paz pero no se trata de esto… Yo te quiero y no me gusta estar sin ti.
Juan la abraza con mucho cariño, con mucho amor. Los dos se aman y se necesitan y confían en poder llevar su relación con madurez y no volver a protagonizar una de sus habituales rupturas. Juan la va besando hasta hacerla sonreír:
--¿ya no estás triste, no?
Abrazados van caminando, hacia la cama.
--No es por ti, es porque me duele que estoy acabe…
Juan la besa en la mano:
--esto no acabará nunca. Mañana en la tarde estaremos haciendo el amor en tu apartamento, por la mañana estaremos juntos en la academia… Todo será genial…
Juan es muy optimista pero Lorena no puede olvidar a esas dos personas que en estos momentos hacen sombra en su relación: Sandra y Marc. No los quiere mencionar para no estropear el momento pero sí es cierto que no sabe cómo las relaciones que tienen en el presente afectará al funcionalmento de su relación. Juan no está preocupado. No le costará en absoluto dejar a Sandra y está seguro del amor de Lorena a él por lo que tampoco ve porque tiene que ser un problema para Lorena romper con Marc. Lorena lo único que se atreve a decir es:
--He sido feliz contigo este fin de semana, no quiero volver a la normalidad, quiero estar siempre contigo.
Juan le repite lo mucho que la ama y que está decidido a todo con tal que esta vez sí sea la definitiva. Luego guiña el ojo a su chica y le dice:
--¿nos vamos a la playa?
Los dos se miran seductores. Saben a lo que van. Dan paseo sobre la arena, corren, juegan, se besan, se desnudan, se bañan, hacen el amor. Son tan para el cual. Se complementan en su totalidad. Sólo cuando están el uno con el otro son felices totalmente. Caen sobre la arena, desnudos mirando la luna. Tomados de la mano. Quedan pocas horas para que amanezca. Tienen que volver a casa, enfrentarse a su rutina.
--¿qué vamos a hacer mañana cuando vayamos a la academia?
Tumbados en la arena, con las cabezas giradas para mirarse.
--Nada, la gente ya está acostumbrando a que rompamos y volvamos…
El poco respecto que Juan tiene hacia las mujeres con las que se divierten es algo que siempre le ha molestado mucho a Lorena pero ama demasiado a Juan y no desea pelearse con él. Desea que todo salga bien.
--Sandra y Marc se lo van a tomar muy mal…
Juan se encoje de hombros. No es algo que le importe.
--Sandra era virgen, eso tú no lo respectaste –le reclama.
--El Marc ese también sería virgen ¿no? –Juan se la devuelve.
--No es lo mismo, Marc quería estrenarse y Sandra esperaba casarse contigo…
Juan tiene la conciencia tranquila:
--Yo jamás le prometí nada, ni le dije que la amo. Ni siguiera le dije que fuéramos novios. La seduje y ella aceptó… nada más…
Lorena se levanta. Se pone furiosa cada vez que piensa que Juan ha engañado a esa joven. El --chico se levanta y la abraza.
--por favor. No vamos a discutir por el pasado…
Aunque le cuesta Lorena lo acepta:
--pero es la última vez que te lo perdono…
Juan le asegura que no le fallará. A él también le molesta la presencia de Marc pero ahora los dos están a la par y no le dice nada.
--Tendremos que hablar con ellos antes que nos vean…
Juan nunca ha roto con una chica:
--Ya se dará por aludida… ¿es que tú le piensas dar explicaciones a ése? –dice con desprecio.
--Se las merece ¿no?
Juan no ve porqué pero no quiere discutir. Se abrazan y se besan.
--Vengan vamos a dormir un poco que luego tenemos que manejar… --dice Juan.
Como están delante de la casa y es de madrugada y no hay nadie, no se molestan ni en vestirse. Se agarran de la mano y con la ropa en la otra caminan tranquilamente hasta la casa. Luego se abrazan, se besan y van hacia la cama.


Al día siguiente, regresan en el auto de Juan. Él la quiere llevar a su casa.
--No, es que voy a ver a Marc.
Juan no se lo toma muy bien.
--¿tan pronto?
--Cuanto antes acabe con esto mejor.
Lorena se da cuenta que se ha engañado así misma, que se fijó en Marc por su inocencia y físico poco agradable, porque representa lo contrario que Juan. Ahora no sabe como echar atrás a todas las palabras que le ha dicho.
--¿quieres que yo esté contigo?
--No, claro que no.
Aunque sabe que no tiene porque sentir celos, por orgullo, a Juan le gustaría ver la cara de Marc cuando ella rompa con él.
--Yo te llevo y no acepto un no.
Juan pone la excusa que no quiere que luego tenga que volver sola. Para convencerla le dice:
--así vamos a tu departamento, nos divertimos un ratito –pícaro—y vamos hacia la academia.
Lorena no puede con la tentación:
--pero aparcas cerca y me esperas…
Así lo acuerdan. Con tan mala fortuna que Marc está paseando a su perro y los ve besándose en el auto. A Lorena le duele ver la tristeza de Marc. Sale del auto:
--¡¡espera, espera…¡
No quería que él se enterara de las cosas de esa manera. A Marc lo que más le duele es la mirada burlona de Juan. Juan está contento que Marc los haya visto, que se haya bajado de esa nube en la que estaba montado. Con la mirada le está diciendo muchas cosas, que si como se creía que podía competir con él, que si Lorena sólo ha jugado con él… Marc recoge todos estos pensamientos. Marc no la quiere escuchar. Todo está claro.
--He descubierto tu mentira.
Lorena no quiere que Marc se vaya así, Juan sale del auto. Abraza a la chica, mira a Marc con una sonrisa victoria. Marc se va dolido. Lorena se siente angustiada.
--¡¡tengo que hablar con él, esto no puede quedar así…¡
Juan la tiene abrazada y no se lo permite:
--ya eres libre… se acabó… Vamos al auto…
Lorena se deja llevar al auto pero está triste porque sabe que Marc sufre en silencio. Juan no piensa darle explicaciones a Sandra así que no entiende porque la pena de Lorena. Ahora ya son libres.
--Marc se lo ha tomado bien. No te lo tomes así tú… Él siempre sabía que no ibas en serio, no es tan tonto como para pensar que lo prefieres a mí…
--A veces eres un poco prepotente… eso no me gusta… --dice ella seria.
Pero Juan sonríe, la besa y ella se olvida de todo. Pasan por el apartamento de ella, echan un polvo rápido para relajarse y ya se las hace la hora de llegar a la academia. Sandra espera al que considera su novio en la entrada y se queda helada al ver a Juan tomado de la mano de Lorena. Le hace un escándalo al que Juan no está acostumbrado y pasa de ella.
--Lorena es mi novia, tú lo sabías, has sido un pasatiempo…
Lorena agacha la mirada. Se siente mal por Sandra. La chica se quiere lanzar sobre Lorena pero Juan la protege con sus brazos.
--¡Perra, me has quitado a mi novio…¡
Sandra grita e insulta a la pareja mientras que Juan se aleja de ella llevándose a Lorena con él. Lorena lo mira molesta. Le duele la indiferencia de él. Le queda claro que le han sobrado motivos para querer alejarse de Juan, no aceptar que lo ama pero ya no se quiere echar atrás. Nadie la separará de su hombre.




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