La acción transcurre en la academia de una productora. Se forman futuros actores de telenovela. Ruedan una secuencia como parte de un examen. Son los alumnos del último curso.
--Perfecto, corten…
Los actores han interpretado perfectamente su escena de amor. No dejan de besarse.
--¡corten, corten¡ ¡¡Juan, Lorena¡ ¡¡Corten¡
Juan y Lorena son jóvenes, atractivos y se desean. Ese beso que no acaba hace que los de alrededor murmuren.
--¿ah pero es que han vuelto? –dice uno.
--te lo dije, hacen muy bonita pareja… --dice otra.
--¿pero Lorena no estaba con el novio de su hermana? –una tercera.
--No, el tal Nicolás es una ficha. Ahora está ya con otra…
Juan y Lorena no hacen caso de las murmuraciones. Acaban el beso en el apartamento de ella. Los dos desnudos en la cama. Felices de estar de nuevo juntos. Lorena nunca se ha sentido tan mujer como en los brazos de Juan pero sabe que su relación no tiene futuro. Juan es demasiado atractivo y demasiado infiel y coqueto. Lorena es consciente que es la envidia de la escuela, de la productora ya que ella ha sido su única novia oficial pero también es cierto que Juan no le dice no a ninguna chica bonita que quiera divertirse con él aunque luego la borre de su mente. En brazos de Juan, Lorena vuelve a sonreír. Un mal amor la ha hundido en la tristeza de la que Juan sabe sacarla sin problemas. Ahora lo necesita más que nunca pero no quiere engancharse a él. Sabe que está nueva reconciliación será pasajera porque él es demasiado público pero desea aprovecharlo al máximo. Llevaba días esquivándolo pero se han encontrado en los pasillos de la academia y desde ese momento Lorena ha sabido que Juan volvería a hacerla suya cuando él quisiera. Después de ese apasionado beso no se han podido separar. Está feliz, drogada. Embriagada de él. Recorren el uno el cuerpo desnudo del otro. Se han echado de menos. A su manera pero Juan la ama y no entiende porque Lorena no comprende su naturaleza infiel y lo rechaza. En ese momento ambos explotan de placer. Ambos gozan de una manera única y extraordinaria. Lorena devora los pezones de él que se retuerce de gusto. Ella lo desea, se muere por él. No sabe si eso es amor pero sí siente una gran fuerza que lo empuja, que lo arrastra hacia él. Se siente en una nube. Juan se mueve dentro de ella con una pasión ardiente y ella no deja de gritar, de jadear. Se siente nuevamente una mujer completa. Una mujer feliz. Está muy exaltada. Ella apoya su cabeza en el torso de él. Le gusta jugar con los pelos del torso del atractivo joven. Juan sonríe con orgullo.
--Siempre vuelves a mí. Te lo dije. No sé porqué te empeñas en dejarme. Fui tu primera vez.
Lorena suspira. Se aferra al torso de él.
--Y yo la tuya pero teníamos 14 años. Ha pasado tanto tiempo…
Él no deja de acariciarla:
--pero los dos sentimos lo mismo… tú eres mía y yo soy tuyo… ¿porqué nunca me crees?
Lorena lo mira. Es tan guapo, siente tantas cosas. Deseo ¿amor? No, no lo quiere amar. Juan no es un hombre que se deja comprometer fácilmente. Amarlo la haría sufrir demasiado.
--Porqué te gustan demasiado las mujeres…
--Es normal, soy hombre… --dice con una mueca seductora.
--E infiel –añade ella.
Juan la mira con cara de travieso:
--sólo soy feliz si estoy contigo… dame una oportunidad. La última. Sé que estamos destinados a estar juntos.
Lorena lo ama demasiado aunque ella misma no lo quiere reconocer. No puede rechazarlo. Juan se levanta totalmente desnudo para ir al baño. Vuelve con un reloj y una cadena de oro.
--¿qué haces con esto? Es de hombre.
Juan está celoso. No le reclama porque sabe que no tiene derecho pero le duele mucho saber que su chica se acuesta con otro. A Lorena esos regalos le traen malos recuerdos.
--son de Nicolás. Yo se los regalé y él me los devolvió. No sabía qué hacer y los dejé donde él los dejó.
Juan se apropia de ellos. Es como un trofeo. No le pide permiso a ella pero a Lorena le da igual. Son malos recuerdos y lo que quiere es deshacerse de ellos. Juan le pide que le ponga la cadena. Ella se excita al tocarlo. En el cuerpo de Juan se borran los malos recuerdos. Vuelven a hacer el amor. Juan está seguro que están hechos el uno para el otro. Han discutido demasiado desde que se conocen. Su relación ha sido todo de rupturas y reconciliaciones. Lorena no puede resistirse a la mirada y a la sonrisa de Juan. No cree que él sea el amor de su vida. No se imagina aguantando sus infidelidades toda la vida pero sí quiere tener una relación con él. Se siente muy a gusto. Le encanta sus caricias. Está segura que Juan curará sus heridas.
--eres increíble –jadea ella—nunca nadie me ha hecho sentir como tú.
Juan sonríe con orgullo. Aunque haya estado con otros, Juan está seguro que la chica es suya, sólo suya. Lorena no quiere dejarlo ir. Hacen el amor durante toda la tarde. A los dos les encanta hacer el amor, les gusta estar juntos pero tienen sus obligaciones.
--es ya tarde, mañana nos vemos. Tengo que estudiar… --dice él.
Lorena está bien alimentada de él pero no quiere dejarlo ir. Sabe que su hermana sigue sus movimientos y en cualquier momento se aparecerá con sus reclamos. Juan y Lorena se despiden entre besos. No tardan en llamar al apartamento. Lorena hable sin ganas.
--hola Paula…
Lorena se resigna sabía que era su hermana. La chica está furiosa.
--¡ya me he enterado del bochorno que has hecho con tu amante¡
--¿qué quieres Paula?
--¡decirte que eres una golfa… Todos los chicos se divierten contigo… A Juan me lo he tirado hasta yo…¡
--Lo sé no haces más que repetírmelo.
Lorena habla resignada. Sin ganas. Deseando que su hermana se vaya. Paula escupe todo su veneno.
--¡es que es increíble que no te dieras cuenta que mi novio sólo se quería divertir contigo¡
Lorena ha mantenido la puerta abierta. No quiere discutir con su hermana cosas de las que ya han hablado mucho.
--Nicolás ya no era tu novio en todo caso ya todo pasó…
--¡es que yo ya te dije que Nicolás sólo se quería divertir contigo pero tú como te crees más lista que nadie pues haces lo que te da la gana¡
A Lorena ya no le afecta lo que le diga su hermana pero se siente plena por haber estado de nuevo con Juan y desea disfrutar de ese momento. A Paula le da rabia darse cuenta que Lorena ha hecho el amor con Juan. Deja que su hermana hable y hable Lorena sólo piensa en Juan. Cuando Paula se calla, Lorena le dice:
--¿ya has acabado?
--si –dice Paula sorprendido de que su hermana no se haya enojado.
Entonces Lorena da un pequeño empujón a su hermana y cierra la puerta. Paula se queda furiosa. Lorena se tumba en la cama, se saca la sábana que es lo único que cubría su cuerpo y se abraza a esas sábanas que tienen el aroma de Juan. Está desean volver a estar entre sus brazos.
Al día siguiente, para Lorena la mañana comienza en el momento que Juan le sonríe.
--me tienes loca… estaría todo el día cogiendo contigo –dice ella.
Lorena tiene reservas en reconocer que lo ama pero no en que siente una evidente atracción sexual hacia él. Juan le guiña el ojo muy sexy. A él mismo le sorprende lo descarada que puede ser la chica en momentos pero le encanta. Se estaban besando en los pasillos antes de entrar en la clase. Lorena ve que no hay nadie y como están enfrente de la puerta del lavabo de los chicos lo mete y se mete con él. Él se deja hacer sorprendido pero encantado. Lorena lo desea y no quiere perder el tiempo. Por culpa de Nicolás ha llorado mucho y ahora quiere exprimir cada momento de felicidad que tiene con Juan. Lo mete en el váter y se encierran con él. Juan tiene una carita de sorprendido pero a gusto… Ella le baja los pantalones y los calzoncillos hasta los pies y arrodillada ante él, que se deja hacer con cara de gusto, se lanza sobre su aparato hasta que un buen sorbo de su líquido seminal entra en ella dejándola bien satisfecha. Mientras se la ha ido chupando no deja de acariciarle el trasero. Le encanta estirarle del vello de esa zona. Juan se sube la ropa.
--estás loca –dice divertido.
--pero por ti...
Ella lo iba a besar pero él la rechaza.
--No, después de lo que te has tragado… bebe algo primero –le dice divertido.
Los dos se abrazan. Él sale primero. Se asegura que no hay nadie. Ya llegan tarde a sus respectivas clases pero están muy contentos. Ninguno de los dos son buenos con las palabras. Nunca se han dicho que se quieren pero entre ambos hay un gran cariño y un gran deseo. Disfrutan mucho estando el uno al lado del otro. Juan le guiña el ojo. Van cada uno a sus clases con ganas de volver a abrazarse.
--Perfecto, corten…
Los actores han interpretado perfectamente su escena de amor. No dejan de besarse.
--¡corten, corten¡ ¡¡Juan, Lorena¡ ¡¡Corten¡
Juan y Lorena son jóvenes, atractivos y se desean. Ese beso que no acaba hace que los de alrededor murmuren.
--¿ah pero es que han vuelto? –dice uno.
--te lo dije, hacen muy bonita pareja… --dice otra.
--¿pero Lorena no estaba con el novio de su hermana? –una tercera.
--No, el tal Nicolás es una ficha. Ahora está ya con otra…
Juan y Lorena no hacen caso de las murmuraciones. Acaban el beso en el apartamento de ella. Los dos desnudos en la cama. Felices de estar de nuevo juntos. Lorena nunca se ha sentido tan mujer como en los brazos de Juan pero sabe que su relación no tiene futuro. Juan es demasiado atractivo y demasiado infiel y coqueto. Lorena es consciente que es la envidia de la escuela, de la productora ya que ella ha sido su única novia oficial pero también es cierto que Juan no le dice no a ninguna chica bonita que quiera divertirse con él aunque luego la borre de su mente. En brazos de Juan, Lorena vuelve a sonreír. Un mal amor la ha hundido en la tristeza de la que Juan sabe sacarla sin problemas. Ahora lo necesita más que nunca pero no quiere engancharse a él. Sabe que está nueva reconciliación será pasajera porque él es demasiado público pero desea aprovecharlo al máximo. Llevaba días esquivándolo pero se han encontrado en los pasillos de la academia y desde ese momento Lorena ha sabido que Juan volvería a hacerla suya cuando él quisiera. Después de ese apasionado beso no se han podido separar. Está feliz, drogada. Embriagada de él. Recorren el uno el cuerpo desnudo del otro. Se han echado de menos. A su manera pero Juan la ama y no entiende porque Lorena no comprende su naturaleza infiel y lo rechaza. En ese momento ambos explotan de placer. Ambos gozan de una manera única y extraordinaria. Lorena devora los pezones de él que se retuerce de gusto. Ella lo desea, se muere por él. No sabe si eso es amor pero sí siente una gran fuerza que lo empuja, que lo arrastra hacia él. Se siente en una nube. Juan se mueve dentro de ella con una pasión ardiente y ella no deja de gritar, de jadear. Se siente nuevamente una mujer completa. Una mujer feliz. Está muy exaltada. Ella apoya su cabeza en el torso de él. Le gusta jugar con los pelos del torso del atractivo joven. Juan sonríe con orgullo.
--Siempre vuelves a mí. Te lo dije. No sé porqué te empeñas en dejarme. Fui tu primera vez.
Lorena suspira. Se aferra al torso de él.
--Y yo la tuya pero teníamos 14 años. Ha pasado tanto tiempo…
Él no deja de acariciarla:
--pero los dos sentimos lo mismo… tú eres mía y yo soy tuyo… ¿porqué nunca me crees?
Lorena lo mira. Es tan guapo, siente tantas cosas. Deseo ¿amor? No, no lo quiere amar. Juan no es un hombre que se deja comprometer fácilmente. Amarlo la haría sufrir demasiado.
--Porqué te gustan demasiado las mujeres…
--Es normal, soy hombre… --dice con una mueca seductora.
--E infiel –añade ella.
Juan la mira con cara de travieso:
--sólo soy feliz si estoy contigo… dame una oportunidad. La última. Sé que estamos destinados a estar juntos.
Lorena lo ama demasiado aunque ella misma no lo quiere reconocer. No puede rechazarlo. Juan se levanta totalmente desnudo para ir al baño. Vuelve con un reloj y una cadena de oro.
--¿qué haces con esto? Es de hombre.
Juan está celoso. No le reclama porque sabe que no tiene derecho pero le duele mucho saber que su chica se acuesta con otro. A Lorena esos regalos le traen malos recuerdos.
--son de Nicolás. Yo se los regalé y él me los devolvió. No sabía qué hacer y los dejé donde él los dejó.
Juan se apropia de ellos. Es como un trofeo. No le pide permiso a ella pero a Lorena le da igual. Son malos recuerdos y lo que quiere es deshacerse de ellos. Juan le pide que le ponga la cadena. Ella se excita al tocarlo. En el cuerpo de Juan se borran los malos recuerdos. Vuelven a hacer el amor. Juan está seguro que están hechos el uno para el otro. Han discutido demasiado desde que se conocen. Su relación ha sido todo de rupturas y reconciliaciones. Lorena no puede resistirse a la mirada y a la sonrisa de Juan. No cree que él sea el amor de su vida. No se imagina aguantando sus infidelidades toda la vida pero sí quiere tener una relación con él. Se siente muy a gusto. Le encanta sus caricias. Está segura que Juan curará sus heridas.
--eres increíble –jadea ella—nunca nadie me ha hecho sentir como tú.
Juan sonríe con orgullo. Aunque haya estado con otros, Juan está seguro que la chica es suya, sólo suya. Lorena no quiere dejarlo ir. Hacen el amor durante toda la tarde. A los dos les encanta hacer el amor, les gusta estar juntos pero tienen sus obligaciones.
--es ya tarde, mañana nos vemos. Tengo que estudiar… --dice él.
Lorena está bien alimentada de él pero no quiere dejarlo ir. Sabe que su hermana sigue sus movimientos y en cualquier momento se aparecerá con sus reclamos. Juan y Lorena se despiden entre besos. No tardan en llamar al apartamento. Lorena hable sin ganas.
--hola Paula…
Lorena se resigna sabía que era su hermana. La chica está furiosa.
--¡ya me he enterado del bochorno que has hecho con tu amante¡
--¿qué quieres Paula?
--¡decirte que eres una golfa… Todos los chicos se divierten contigo… A Juan me lo he tirado hasta yo…¡
--Lo sé no haces más que repetírmelo.
Lorena habla resignada. Sin ganas. Deseando que su hermana se vaya. Paula escupe todo su veneno.
--¡es que es increíble que no te dieras cuenta que mi novio sólo se quería divertir contigo¡
Lorena ha mantenido la puerta abierta. No quiere discutir con su hermana cosas de las que ya han hablado mucho.
--Nicolás ya no era tu novio en todo caso ya todo pasó…
--¡es que yo ya te dije que Nicolás sólo se quería divertir contigo pero tú como te crees más lista que nadie pues haces lo que te da la gana¡
A Lorena ya no le afecta lo que le diga su hermana pero se siente plena por haber estado de nuevo con Juan y desea disfrutar de ese momento. A Paula le da rabia darse cuenta que Lorena ha hecho el amor con Juan. Deja que su hermana hable y hable Lorena sólo piensa en Juan. Cuando Paula se calla, Lorena le dice:
--¿ya has acabado?
--si –dice Paula sorprendido de que su hermana no se haya enojado.
Entonces Lorena da un pequeño empujón a su hermana y cierra la puerta. Paula se queda furiosa. Lorena se tumba en la cama, se saca la sábana que es lo único que cubría su cuerpo y se abraza a esas sábanas que tienen el aroma de Juan. Está desean volver a estar entre sus brazos.
Al día siguiente, para Lorena la mañana comienza en el momento que Juan le sonríe.
--me tienes loca… estaría todo el día cogiendo contigo –dice ella.
Lorena tiene reservas en reconocer que lo ama pero no en que siente una evidente atracción sexual hacia él. Juan le guiña el ojo muy sexy. A él mismo le sorprende lo descarada que puede ser la chica en momentos pero le encanta. Se estaban besando en los pasillos antes de entrar en la clase. Lorena ve que no hay nadie y como están enfrente de la puerta del lavabo de los chicos lo mete y se mete con él. Él se deja hacer sorprendido pero encantado. Lorena lo desea y no quiere perder el tiempo. Por culpa de Nicolás ha llorado mucho y ahora quiere exprimir cada momento de felicidad que tiene con Juan. Lo mete en el váter y se encierran con él. Juan tiene una carita de sorprendido pero a gusto… Ella le baja los pantalones y los calzoncillos hasta los pies y arrodillada ante él, que se deja hacer con cara de gusto, se lanza sobre su aparato hasta que un buen sorbo de su líquido seminal entra en ella dejándola bien satisfecha. Mientras se la ha ido chupando no deja de acariciarle el trasero. Le encanta estirarle del vello de esa zona. Juan se sube la ropa.
--estás loca –dice divertido.
--pero por ti...
Ella lo iba a besar pero él la rechaza.
--No, después de lo que te has tragado… bebe algo primero –le dice divertido.
Los dos se abrazan. Él sale primero. Se asegura que no hay nadie. Ya llegan tarde a sus respectivas clases pero están muy contentos. Ninguno de los dos son buenos con las palabras. Nunca se han dicho que se quieren pero entre ambos hay un gran cariño y un gran deseo. Disfrutan mucho estando el uno al lado del otro. Juan le guiña el ojo. Van cada uno a sus clases con ganas de volver a abrazarse.
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