viernes, 12 de febrero de 2010

Capitulo 17


A Marc le da mucho apuro ponerse las gafas.
--¡yo no pienso ponerme eso¡ ¡doy asco¡
Lorena lo agarra de la mano y lo lleva a la óptica:
--No seas crío, la tienes que llevar. Además estás muy guapo.
Lorena no quiere que Marc juegue con su salud y se las pone casi a la fuerza. Él le va suplicando que no lo haga.
--se van a reír de mí –dice preocupado.
Lorena es implacable. Nunca le han importado lo que digan lo demás y por lo tanto no va a dejar que Marc vaya perdiendo la visto por miedo a lo que le digan los demás. Llegan a la academia, ella lo besa para darle ánimos y lo obliga a caminar por el pasillo con las gafas. Él tiene una cara de pena. Ella lo va animando.
--No pasa nada, es más tonterías tuyas que el que la gente se pueda o no fijar en ti.
La mayoría de gente lo ignora pero algunos murmuran. Marc se da media vuelta y se quiere sacar las gafas pero Lorena no le deja.
--¡No te tiene que preocupar lo que digan los demás sino yo que soy tu novia y yo te quiero con gafas o sin gafas¡
Para animarlo ella no deja de hacerle besos. Como es por su bien hasta lo “amenaza”:
--No me acercaré a ti si vienes sin gafas.
--las llevaré –dice resignado.
Será porque se va acostumbrado pero Lorena ya no lo encuentra tan horrible.
--Estás guapo, te dan un aire intelectual. Tienen su encanto.
--¿seguro?
Lorena abraza a Marc:
--si, vete tranquilo.
Lorena está seguro que si Marc se siente atractivo nadie se fijará en él. Se despiden con un beso.
--Nos vemos en un rato.
Marc quiere que la chica se sienta orgullosa de él así que olvida que lleva gafas. Al girar la esquina, como que pensaba en Lorena, se topa con alguien. Éste es Juan que sin fijarse que es Marc le dice con desprecio:
--¡tú, cuatro ojos, para qué quieres esas gafas¡
Pasa por el lado de él y burlón le dice:
--gafotas…
Marc ni ha respirado. Se siente humillado por Juan pero agradece que no lo haya reconocido. Cierra los ojos:
--¡que no me reconozca, que no me reconozca¡ --dice para sí.
Juan ha tardado en reacción. Se para y luego rompe a reír.
--¡si eres tú, imbécil¡
Marc frunce el ceño. Casi ni respira. Desde que comenzó su noviazgo con Lorena ha temido un enfrentamiento con Juan y precisamente tiene que ser en el momento más inoportuno. Juan se burla de él. No deja de reír escandalosamente, Marc está muy apenado.
--¿te has mirado al espejo? ¡¡cómo te han dejado salir¡ ah no espera que en tu casa no hay espejos… los has roto todos… --dice riendo como loco y moviendo piernas y brazos.
A Marc las burlas de Juan son lo que más temía.
--déjame en paz… --balbucea Marc nervioso.
Marc quiere irse pero Juan le agarra del brazo y le dice con desprecio:
--¿¿qué haces con Lorena, payaso?
--ella me quiere –dice tímido.
--¡¡te tiene lástima pero cuando te vea con esas gafas va a sentir asco¡
Todos los halagos que le ha dicho Lorena le dan fuerzas para decir:
--Lorena es quien me ha elegido las gafas, a Lorena le gustó como soy…
Juan siente celos de Marc y eso es lo que le da más rabia, que alguien al que considera inferior le haga sentir celos.
--¡Lorena siente pena de ti, a ver si te enteras¡
Marc siente que puede “pelear” a Juan de igual a igual, Lorena le ha hecho creer esto y le dice:
--Lorena me dijo que en la cama disfruta más conmigo, que soy el hombre que más le ha hecho gozar¡
--¡eres un mentiroso¡ --Juan molesto.
--Pregúntale a ella…
Marc se muestra seguro de si mismo y Juan no cree que mienta. Se queda tan sorprendido que no le dice nada, lo que aprovecha Marc para irse corriendo a sus clases.

Juan, echo una furia, va a hacia Lorena. La chica está apunto de entrar en su clase pero Juan no se lo permite, le agarra del brazo.
--¿¿qué haces, bruto?
Juan se lleva a Lorena pese a que ésta le pide que la suelte. Él la tiene agarrada del brazo.
--¡tú y yo vamos hablar ahora¡
--¡yo no tengo nada que hablar con un energúmeno como tú¡
Lorena se estremece al estar cerca de Juan pero le da rabia la manera con la que se comporta él y por lo tanto se muestra enfadada. Juan, con mucho desprecio, se lo suelta de golpe:
--¡¿es cierto que le dices a tu noviecito que es mejor en la cama que yo¡?
--¿Quién te ha dicho esto? –sorprendida.
Juan no suelta a Lorena, habla muy alterado:
--¡el imbécil ese lo anda pregonando por ahí¡
Espera que Lorena lo desmienta pero no lo hace. Juan dolido dice:
--¿¡es que se lo dices a todos? ¡Pues se lo habrás dicho a media ciudad…¡
--¿me estás llamando golfa? –furiosa.
--una monja no eres… --irónico-- te gustan demasiado los hombres…
Lorena lo quiere bofetear pero le agarra del brazo. La tiene agarrada de los dos brazos.
--¡que me dejes, voy a gritar¡
--¡no lo vas a hacer porqué te encanta estar conmigo¡
Él se muestra seguro de sus encantos pero despectivo y por eso Lorena va dando patadas, exigiendo que la suelte. Entran en el lavabo. Él ante la puerta, la mira desafiante.
--¡atrévete a pegarme¡ --grita él.
Lorena quiere hacerlo pero ama y desea tanto a ese hombre. En lugar de golpearlo lo besa. Juan sonríe:
--lo sabía –dice con cierta prepotencia.
Lorena quisiera no darle la razón a él pero no puede, está derretida en sus brazos. Se deja arrastrar hasta el váter. Se besan, se magrean. Ella le va desabrochando los pantalones:
--¡hazme el amor¡ ¡¡hazme el amor¡ --jadea ella suplicante.
Juan lo desea tanto como ella pero está lastimado y lo que quería era humillarla. Hacerla sentir que no vale nada, que puede tenerla cuando quiera pero que es él quien no quiere. Juan se aparta de ella. Se abrocha los pantalones. La mira con desprecio.
--Me das asco, ni borracho me volvería a acostar contigo.
Lorena se ha quedado en shock. No puede creer que Juan le haga una cosa así. No es capaz de decir nada. Es Juan el que sigue hablando, la trata con desprecio:
--eres una perdida, me das asco. No estaría contigo ni que me pagaras.
Lorena no puede evitar que se le escapen algunas lágrimas pero Juan está herido en su orgullo de macho y no tiene piedad. Es muy agresivo:
--¡Dile al payaso de tu novio que no se acerque a mi o le contaré que te sigues acostando conmigo…¡
Juan sale del baño riéndose con desprecio.
--¡pobre imbécil, no sabe que está con una zorra que se le abre de piernas a cualquiera¡
Cuando cierra la puerta, el rostro de desprecio de Juan se convierte en un rostro de dolor. Da un puñetazo a la pared con rabia. Le ha dolido lastimar a Lorena pero siente que es ella quien lo está humillando estando con Marc y que se merece lo que le ha dicho. Lorena, por su lado, ha quedado deshecha. Cae al piso de rodillas llorando amargamente.

Al cabo de un rato, Susana acude a la academia al llamado de Lorena. Ésta se esconde de la gente, no quiere ver a nadie. Susana se preocupa mucho.
--¿¿qué te ha ocurrido?
--¡¡arranca¡¡¡arranca¡
Lorena lo que quiere es desaparecer. La distancia la tranquiliza y le cuenta a Susana lo que ha pasado con Juan. Lorena está aturdida, no entiende lo que le está pasando, porqué ha permitido que Juan la humilla.
--Amo a Marc ¿porque me pasa esto…?
--Porque amas a Juan pero te has empeñado en amar a Marc… --le dice Susana para tranquilizarla.
Lorena sigue sin querer aceptar su amor por el infiel y guapo Juan:
--Con Juan no puede ser feliz, con Marc sí…
--Amas a Juan y él siempre estará ahí. No te dejará ser feliz del todo.
Lorena está dispuesta a luchar por su relación con Marc.
--Me da amor y estabilidad, justo lo que yo quería…
Susana no sabe cómo aconsejar a su amiga. Entiende que le duela que Juan le sea siempre infiel y no lo quiera perdonar pero no le parece que se engañe así mismo con respecto a Marc ni que lo engañe a él. Lorena y Susana se despiden. La joven baja por el ascensor y Juan estaba escondido en las escaleras.
--¡que susto¡ --dice Susana alterada-- ¿qué quieres?
Juan se muestra seductor:
--Demostrar que siempre te he gustado y que en menos de 2 minutos te tengo desnuda en la cama…
Juan habla con prepotencia, obscenamente. Susana lo odia:
--¡miserable¡
Juan es seductor con las mujeres, lo sabe. Susana siempre ha luchado por no rendirse al calor del cuerpo de Juan pero ha tenido suerte porque Juan nunca la ha prestado atención.
--¡no te me acerques¡ --advierte asustada de no controlar su lujuria.
Juan se le acerca coqueto:
--Te doy un minuto para que hagamos el amor… --dice con cara de depravado.
30 segundos tarda Juan en atraparla y ella en fundirse en su cuerpo. Después de fornicar, ella se levanta envuelta en la sábana. Avergonzada de lo que ha hecho, por Lorena y por José María.
--¡¡esto no debió pasar…¡ ¡¡me tienes que jurar que nunca nadie lo sabrá¡
Los remordimientos la angustian. Lo que más rabia le da es que Juan, desnudo agarrando su ropa, le dice con ironía.
--te lo dije…
Susana ve odio en los ojos de él y se da cuenta que él la ha utilizado para lastimar a Lorena y ella ha caído.
--Lo has hecho para vengarte de ella ¿no?
--¿y porqué crees?¿porqué me interesa una mujerzuela como tú? –sarcástico.
Susana está furiosa:
--¡no quiero verte nunca más¡
Juan se abrocha los pantalones y con burla dice:
--¿y crees que yo sí?
Llena de odio Susana dice:
--¡te juro que haré lo imposible para que Lorena jamás ¡¡JAMAS vuelva contigo¡
--A mi me da igual lo que haga la puta de tu amiga –se muestra frívolo pero en el alta se descompone.
Tiene deseos de llorar, ama a Lorena pero siente que es ella la que le falta a él y se merece lo que le hace mas le duele no tenerla.

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