Esto no es una telenovela de verdad. Los actores no tienen nada que ver con el proyecto, sólo lo inspiran. Dedicada afectuosamente a dos guapos que son mi prototipo de hombre ideal: Jon Ecker y Mario Casas. Escrito en septiembre del 2009.
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viernes, 12 de febrero de 2010
Capitulo 27 y Final
Juan se arrodilla ante Lorena y muy dulcemente le pregunta:
--¿te quieres casar conmigo?
Todo está pasando demasiado de prisa. Sus remordimientos por el estado de Marc, la muerte de Sandra, el engaño con la única mujer que no se lo esperaba (Susana) y ahora un embarazo del que no sabe quien es el padre y la propuesta de boda:
--No lo sé… me lo tengo que pensar..
Juan se muestra desesperado, quiere separar a toda costa a Lorena de Marc. Quiere que legalmente sea su esposa para que nadie le pueda reclamar la paternidad de ese bebé. Siente que Marc, por su físico, no puede competir por él pero que un hijo es un lazo demasiado fuerte entre un hombre y una mujer y no quiere que sea de Marc.
--¿¡es que no me amas? ¡¡¿es que prefieres que el padre sea él? --celoso.
--No, quiero seas tú pero el recuerdo de Sandra yo…
Lorena está muy angustiada. Juan la besa para que no siga hablando:
--nos podemos ir lejos… --Juan desesperado y dispuesto a todo antes de perder a la joven.
--¿y la academia?
--¡yo renuncio a todo por ti…¡
--Yo no quiero que renuncies a tu carrera por mi…
--¿¡es que no entiendes que si no te tengo a ti no me importa nada¡ --desesperado.
--Deja que lo piense… mañana te contesto.
Juan no quisiera dejarla ir para asegurarse que no hable con Marc:
--júrame que no tomarás ninguna decisión sin consultarme que no hablarás con ese…
--Si te refieres a Marc tampoco sé donde está…
Eso lo calma. Lorena se muestra aturdida. Lucha entre el amor, las infidelidades de él, los remordimientos y ahora el deber. Juan se queda mirando a Lorena muy triste. Teme que no pueda estar con ella. Lorena se gira y se encuentra con la triste mirada de Juan diciéndole adiós con la mano. El amor hacia ese hombre, el deseo que sea hijo de él es más fuerte que todo. Corre hacia él y se lanza en sus brazos.
--¡ Sí, me caso contigo…¡
Juan la abraza y la besa entusiasmado.
--¡vamos a casarnos… mañana mismo si podemos…¡
Juan está ansioso. Estar casado con Lorena convertirá automáticamente a ese bebé en su hijo y Marc perderá todos sus derechos hacia él.
--pero que nadie lo sepa, que sea en secreto --Lorena.
--¿porqué? --Juan triste.
--Nos van a criticar…
--¡que nos critiquen¡ ¡¡yo quiero estar contigo¡
Lorena abraza a Juan pero no puede sentirse libre de amar a ese hombre porque los remordimientos por la muerte de Sandra están ahí y no quiere que nadie la pueda criticar, que se lo estén recordando en todo momento. A Juan lo único que le interesa es estar casado con Lorena y acepta todo lo que ella diga.
--¡¡vamos… vamos a celebrarlo¡
Juan quiere estar con Lorena y no separarse de ella pero Lorena quiere estar sola:
--no, dame tiempo…
Juan toma de las manos a Lorena:
--¿no decías siempre que no te querías separar de mi lado? Ahora tienes la oportunidad.
Lorena le pone la mano en las mejillas:
--prepara lo de la boda, mientras que cada uno vaya por su lado… Dame ese tiempo para que pueda asumir todo lo que me está pasando.
Juan la besa en la frente:
--haré lo que tú me pidas pero recuerda siempre que te amo…
Cada uno se va por su lado con sentimientos encontrados pero amando a la persona que se está yendo y confiando en que puedan superar todo lo que los separa y estar siempre juntos.
En la noche, José María y Marc están a solas en la habitación que comparten, preparados para acostarse en la pequeña cama que comparten. Están en calzoncillos. Marc saca su pijama.
--buf, con el calor que hace esta noche ¿te vas a poner en pijama? –se baja los calzoncillos—se duerme mejor en bolas. Conmigo no tienes que tener vergüenza.
A desnudarse como él Marc no se atreve pero sí almenos se queda en calzoncillos. Los dos en la misma cama. Muy juntos porque tampoco la distancia permite otra cosa. José Maria lo trata como a un hermano pequeño y a Marc le gusta.
-siempre quiso tener un hermano mayor.
--Pues ya lo tienes…
José María lo acaricia muy fraternalmente. Los dos se sonríen.
--¿y cuando quieres empezar tus ejercicios?
--Ya
--Pues mañana te vienes al gimnasio conmigo y comenzamos..
Marc está muy ilusionado, seguro que siendo guapo nada lo separará de Lorena.
1 semana después, en la más estricta intimidad, ante el juez, el secretario y José María y Susana como testigos. Juan y Lorena, vestidos de calle pero con mirada ilusionada, contraen matrimonio. Susana y José María llegan cada uno por su lado.
--¡¿que broma es esta?¡ -dicen José María y Lorena.
Susana se ha cansado de pedir perdón y ninguno de los dos los escucha. Juan une las manos de las dos amigas:
--Lore, si me has perdonado a mí… ¿no la puedes perdonar a ella?
Lorena y Susana se funden en un abrazo. Durante la ceremonia José María y Susana se miran con amor y dolor. Los novios están entusiasmados. Lorena insiste en guardar el secreto de su boda por un tiempo, a Juan no le hace mucha gracia pero no dice nada. José María felicita a los novios de una manera fría. Le duele por Marc pero de la misma manera que le oculta a Susana dónde está Marc a éste le oculta lo que está pasando. Por su lado, Juan es un hombre feliz. Esa felicidad se contagia a José María y Susana que se dan una nueva oportunidad.
Juan y Lorena llegan juntos al departamento de ésta. Vivirán juntos aunque nadie sabrá que han vuelto hasta que pase un tiempo y se olvide el tema de Sandra. Lorena no quiere que Juan deje la academia pero ella prefiere no volver. Desde ahora su bebé y su esposo serán su vida. Le cuesta no pensar en que una mujer ha muerto por su culpa, en que lleva en su vientre un hijo del que no tiene claro la identidad del padre. Está tensa entre los brazos de Juan poco a poco se va rindiendo a la pasión de su amado y se funde en sus brazos olvida todo el dolor de las últimas semanas.
6 meses después… Marc y José María salen de hacer sus ejercicios. El cuerpo de Marc se ha transformado. Ya no le da vergüenza mostrarse desnudo. Siente como las chicas lo desean y eso lo tiene muy contentos. Los dos desnudos en la ducha.
--¡tienes a varias loquitas…¡ La pelirroja esa está encantada contigo… Me comentó el otro día que has aprendido mucho, que eres un buen amante…¡
Marc suspira enamorado. Se siente ya preparado para enfrentarse a Lorena a la que no ha vuelto a ver. José María piensa que Marc ya está en condiciones para saber la verdad. Mientras acaban de ducharse y vestirse piensa en cómo se lo va a contar. Luego en el auto, antes de manejar, pone la mano en el muslo de su amigo.
--No te había querido decir nada pero… Lorena se casó con Juan…
Marc siente como si un puñal le atravesara el alma.
--Y porque no me dijiste nada…?
--¡porque estabas luchando… ahora eres un hombre diferente, para ella o para otra…¡
Marc se hunde. José María trata de animarla.
--no te hundas… ella está embarazada…
--Ahora sí la perdí… --dice desesperado.
--No está claro que el hijo pueda ser de Juan…
Marc no puede creer en esa posibilidad. Sonríe ilusionado:
--y eso quiere decir qué…
--¡que puede ser tuyo…¡
Después del primer momento de enfado porque se lo ocultó, Marc siente que sólo con su físico actual podrá seducir a la chica que quiere. José Maria le pide prudencia… pero Marc está a dispuesto a todo por quedarse con Lorena.
La vida matrimonial entre Juan y Lorena no va muy bien porqué a él le duele que ella no le dé su lugar. Lorena aún piensa en Sandra y, en el último trimestre de su embarazo, no ha querido que su entorno supiera que él está a su lado. Cada vez Juan se va a su trabajo, en la productora donde está comenzando en una telenovela, enfadado. Lorena sale a dar una vuelta. Se queda sorprendida a ver a Marc, atractivo. Sonriente. Marc reclama sus derechos como padre, está seguro que ahora que es guapo pues Lorena caerá rendida a sus pies. Ver a Marc convertido en un hombre guapo hace que Lorena pierda el sentimiento de culpa que tenía por el Marc al que abandonó. No es ese hombre, por ese hombre siente indiferencia. Al darse cuenta que a Lorena no le impresiona su cambio, Marc quiere besarla a la fuerza. Lorena lo bofetea:
--¿¡crees que por ser guapo puedes venir avasallando?
Juan, arrepentido de haberse enfadado con su esposa, da marcha atrás. Regresa con un ramo de flores. Ve que un tipo la molesta y lo tumba de un puñetazo. Se sorprende al ver que es Marc y le gusta que Lorena, aunque Marc es guapo, no esté impresionada sino que lo rechaza y se refugia tras su esposo.
--¡quiere quitarme a nuestro hijo, ha venido para pelearte la custodia¡
Desde el suelo, Marc se siente humillado porque Juan lo ha vencido.
--¡Ese bebe es hijo mío y lo voy a demostrar y te la voy a quitar…tanto a Lorena como a nuestro hijo… ¡
Marc se levanta pero Juan lo vuelve a tumbar de un puñetazo:
--¡eres el mismo imbécil… no me vas a quitar a mi familia¡
Si temía que por pena Lorena cayera en los brazos de Marc, ahora ve que su mujer lo ama y desprecia a este Marc guapo en el que se ha convertido el que fuera novio de su esposa.
--¡Lorena es mi mujer, no quiero que te acerques a ella…¡ --defiende Juan.
Lorena se va con Juan sin que le importa ya el que dirán pero Marc no está dispuesto a retirarse. Se lanza sobre Juan pero sin querer da un pequeño empujón a Lorena. La joven cae y rompe aguas.
En el hospital, Lorena llora la pérdida de su bebé y mientras Juan y Marc se pelean para ver quien de los dos era el padre, quien de los dos ha tenido la culpa, Lorena desaparece. No quiere saber nada de ninguno de los dos.
2 años después… Susana hace una llamada.
--Por fin, Lorena ha vuelto y me ha pedido las llaves de mi casa de la playa. Estáte atento que no tardará en llegar hasta ahí… Estoy segura que se dejará llevar por los recuerdos…
José María sale desnudo del cuarto del baño con un bebé en brazos.
--¿con quien hablabas, cari?
Susana pone cara de misterio. No le dice nada. Después de un distanciamiento por el apoyo de José María a Marc prometieron que nunca más se metieron en la vida de Lorena ni sus parejas pero Susana no lo ha podido cumplir, sabe que es por el bien de su amiga.
Por otro lado, Marc se levanta desnudo de la cama. Tres mujeres desnudas, con la que ha pasado la noche, siguen durmiendo. Se levanta y se mira al espejo con amargura. Tiene belleza, mujeres pero sigue siendo el mismo infeliz que cuando era feo. Una lágrima recorre su mejilla. Se siente vacío. Ser guapo no le ha servido para ser feliz como esperaba…
Lorena está en la playa. Los malos recuerdos se han borrado de su mente. Cada gramo de arena, cada calle tiene un recuerdo de Juan. No lo ha vuelto a ver. Ha querido romper con pasado pero su pasado es presente. Está dentro de ella y quiera o no no lo puede olvidar. Esa nostalgia que la embarga desde que llegó al pueblo la conduce al viejo palacete del Conde. Se sorprende al ver que está habitado y restaurado. Le emociona ver que ha recobrado el brillo de antaño. Se acerca a la puerta. No puede evitar llorar al recordar cuando Juan y ella lo encontraron e hicieron el amor. Le gustaría llamar, que los nuevos propietarios la dejaran entrar pero no se atreve. De pronto se abre la puerta, Juan es el que sale. Los dos se miran enamorados. El amor los unió en su adolescencia y pase el tiempo que pase sigue vivo dentro de ellos aunque ellos mismos se encarguen de separarse. Por un segundo no son capaces de decir nada, sus pieles hablan por ellos. El dolor ha quedado atrás y ahora lo único que les queda es el amor que siempre les unió.
--que es esto…?
--Es tu casa, señora condesa… --dice divertido y riendo por la cara de sorpresa de ella.
Juan muy galantemente invita a Lorena a pasar. La joven queda maravilla. Es un escenario ideal para reencontrarse con el guapo Juan.
--¿tú eres el dueño?¿de donde has sacado el dinero?
Lorena sigue perpleja. Juan la va conduciendo por todas las habitaciones de la casa, sonríe muy seductor:
--Hice una telenovela, dos película y me fue bien…
--Si lo leí, pero ¿tanto te han pagado…?
Juan sonríe travieso:
--No, pedí un préstamo…
Están ya llegando a la alcoba principal. Juan sonríe pícaro y Lorena se para. Le pone la mano en la mejilla y con ternura le dice:
--¿porqué has hecho esto…?
--Te lo prometí… --le dice dulcemente.
Ambos desearían dejarse arrastrar por la pasión e ir directamente el dormitorio pero prefieren esperar. Juan le prepara cena a la luz de las velas… Hablan de ellos, de su futuro. Están felices. Lorena toma de la mano a Juan:
--Siempre que estamos en este pueblo mi vida a tu lado es un sueño –susurra enamorada.
--Un día me dijiste que querías no volver a la realidad, que nos quedásemos siempre aquí, ahora podemos, esta es nuestra casa… si quieres…
Juan habla con un amor, con una ternura.
--Sí, claro que quiero…
Se besan entre abrazos y caricias entre te amo y arrumacos. Se han reencontrado el uno al otro y han encontrado el paraíso en que el están seguros que ya no tendrán que luchar para estar juntos, que ahora sí todo está de su parte. Van llegando hasta el dormitorio besándose, al fin solos después de dos años, de nuevo pudiendo fundirse en un solo cuerpo. Entran en el dormitorio, cierran la puerta. El pasado queda atrás el futuro lleva sus brazos y es un futuro feliz.
FIN.
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