viernes, 12 de febrero de 2010

Capitulo 20









Lorena se sorprende a recibir la visita de José María. Se besan amablemente. Él se ve nervioso.
--ven, tienes que venir conmigo…
--¿Dónde? –pregunta ella.
--Tienes una sorpresa, te tengo que llevar. Prepárate para pasar el fin de semana fuera…
Lorena está contenta.
--¿¿Marc me ha preparado una sorpresa?¿por nuestro primer mes?
José María no le dice que sí pero sonríe para que ella crea que sí. A Lorena le gusta estar con Marc pero sí se le hace algo aburrida la vida así que está sorpresa es una novedad.
--Vaya, tan soso, tan previsor y ahora me la estoy devolviendo… Preparándome una salida y sin previo aviso…
Lorena está contenta con esta prueba de amor. José María tiene prisa.
--¡venga, pon algo de ropa en una bolsa y nos vamos¡
Lorena se muestra emocionada. Mientras la chica pone ropa en una bolsa de viaje, José María agarra el celular de ella y le pone un mensaje a Marc: “por problema con una vieja tía tengo que ir al pueblo de mi madre. No me busques.” Le duele participar en un engaño hacia Marc pero piensa:
--Cuanto más dure esta mentira del romance de Lorena con él será peor –se va diciendo.
Lorena sale de su habitación y se encuentra a José María con su celular. No sospecha nada.
--¡¡ay sí que se me olvidaba¡
José Maria no se lo da. Lo desconecta:
--Esto se queda aquí hasta el lunes.
Lorena está contenta ante la idea de pasar unos días románticos a solas con Marc y desconectados del mundo. Tiene la ilusión que el chico esté cambiando y que se muestre más apasionado, más como ella necesita. José María la lleva hasta la casa de Susana en la playa en su auto. No sale del auto.
--Él te está esperando… Entra, cierra los ojos y espera.
Lorena está excitadísima:
--¡¡Cuánto misterio, no parecen cosas de Marc¡
José María no le dice nada.
--que te lo pases bien.
Se va rápido. Lorena no puede sospechar que José María, con complicidad de Susana, le haría una cosa así. Susana está muy nerviosa en su casa, esperando la llamada de su chico.
--Todo salió bien –le dice él.
Susana se ha dejado convencer por su novio pero no está segura de haber hecho lo correcto:
--Lorena nos va a matar…
--Si se reconcilia con Juan no ¿tu no crees que está arrepentida de lo que ella misma comenzó?
Susana se muestra amorosa con su chico:
--vuelve pronto, te hecho de menos…
Se mandan besos, ambos arden en deseos de verse. Lorena siente rabia de que Juan se salga con la suya pero es una manera de asegurarse que nunca se sepa lo que pasó entre ellos.












Muy contenta, Lorena entra en la casa. Cierra los ojos y él la besa. Lorena se sorprende, reconoce sus besos:
--¡Juan¡ --sorprendida.
Abre los ojos y se encuentra con Juan que lleva una rosa:
--me alegro que reconozcas mis besos…
Juan sonríe y le entrega una rosa.
--¿qué haces aquí? ¿¿qué es esto?
Lorena está muy sorprendida.
--Hace un mes justo aquí mismo tú cometiste un error, posiblemente yo tenga parte de culpa y por eso estoy aquí para decirte que quiero cambiar, quiero que juntos hagamos la promesa que nunca más estaremos con nadie más, que no lo necesitamos que…
Juan quiere hablar, quiere aclarar su relación con Lorena pero ella lo mira y se le borra el mundo. Lo ama pero también lo desea y echa mucho de menos tenerlo solo para ella. Poder abrazarlo. Se ha olvidado de Marc en cuestión de segundos. Mira a Juan y se siente tan feliz…No se puede contener y no deja de besarlo.
--espera, espera… No es esto lo que vengo a buscar yo…
Juan quiere hablar en serio con Lorena pero la chica está enloquecida de pasión. No deja de besarlo para que no hable. Él se da por vencido y se funden en un beso. A ambos le vienen a la cabeza tantas cosas… En esa casa años atrás vivieron su primera vez, los recuerdos les asaltan. Lorena hecha de menos que le echen un buen polvo, Juan no quiere ser un objeto sexual para Lorena. Quiere aprender de sus errores, desea que antes hable, que aclaren. Lorena es la novia oficial de Marc y él no quiere ser su amante. Lorena no puede esperar, se lanza sobre el paquete de él tratando de apoderarse de la arma sexual de él.
--No, no… espera… tenemos que hablar…
En lo que se puede mencionar casi como violación, Lorena le arranca el botón de los pantalones y le come su lanza sexual que crece de una manera gigantesca y vertiginosamente. Juan la mira un poco aturdido porque no quería que pasara tan pronto, desea hacer las cosas lo más bien posible pero Lorena lo desea demasiado. No hay nada mejor que las brasas para fundir un buen pedazo de hielo y Juan se acaba dejando vencer. Cualquiera diría que Lorena no ha estado con un hombre en años y eso halaga a Juan. Se muestra ardientes, apasionados. Enamorados. Juan se aparta de la chica que lo mira enloquecida. Carga con ella hasta la mesa y la hace suya de una manera intensa, brutal pero con deseo, cariño, amor. Ambos disfrutan mucho, están tan cansados después que no pueden ni hablar. Van a darse una ducha. Bajo el agua se besan. Él la mira algo confundido:
--No es esto lo único que quieres de mí ¿no? Es que no quiero ser el otro. Tenemos que hablar…
Lorena se muestra ardiente, lo va abrazando:
--¿crees que soy una golfa que sólo busca sexo? ¿es que no me conoces?
Juan la mira enamorado:
--es que siempre nos hemos comportado como un par de locos y no sé a que atenerme…
Lorena lo va acariciando:
--cada vez que te veo deseo hacer el amor contigo, cuando no estás me siento vacía… ¿eso no es amor? ¿necesitas más?
Juan le guiña el ojo:
--me vale…
Se miran pícaros y añade:
--por ahora…
Juan sale de la ducha, en seguida se pone el bóxers. Se muestra tierno.
--Las sorpresas no han acabado aquí… así que no salgas hasta que te avise… ponte bien guapa…bueno… más guapa…
Juan y Lorena se miran. Saltan chispas. Viven cada momento de una manera intensa. Él la va a buscar al cabo de un rato. Ambos vestidos, se piropean mutuamente.
--cierra los ojos –dice él muy cariñoso –y no hagas trampa.
Juan le tapa los ojos con la mano y con la otra la agarra. La lleva hasta el salón. Es muy amoroso.
--ya los puedes abrir…
Lorena lo mira todo ilusionada. Juan le ha preparado una cena en el jardín, a la luz de la luna. Con velas y todo. Música clásica de fondo.
--siéntese señorita… --dice apartándole la silla.
Juan es muy dulce con ella. Los dos están muy emocionados. Luego bailan.
--¿estás contenta?
Lorena se siente en la nube:
--Me hiciste vivir un sueño la primera vez que estuvimos juntos en esta casa, cada vez…
--¿te acuerdas cuando hicimos el amor en el Castillo del Conde?
--¡¡sigue abandonado¡
--pues podemos volver…
La cercanía del uno embriaga al otro. Sólo con mirarse ya se excitan, se acarician con la voz.
--Nunca pensé que podría volver estar así contigo, aquí… --dice Juan con lágrimas en los ojos.
Lorena vive el amor de la primera vez, la ilusión de los primeros años. Lorena ya no tiene dudas.
--Eres indiscutiblemente el hombre de mi vida, estoy enamoradísima de ti. Soy feliz a tu lado aunque me da miedo…
--porque? –pregunta él con un hilo de voz.
Lorena acaricia la mejilla de su amado:
--Es que te gustan demasiado las mujeres y me muero de los celos.
Juan pone cara de bueno:
--te juro que haré un esfuerzo.
Lorena ama a ese hombre, cree en él, quiere creer en él. Se funden en un solo cuerpo, con más tranquilidad, con amor. Van hacia la cama, se van sacando la ropa. Se dicen palabras de amor y dulcemente se van fundiendo en un solo cuerpo.



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