Marc y Lorena han pasado la noche juntos. Ella está contenta. Le gusta dormir abrazada a un hombre, sentirse acompañada y protegida. Con Marc no ha tenido muchas oportunidades. Marc se levanta de la cama. Aunque Lorena lo está ayudando a valorarse, aún le da un poco de vergüenza mostrarse directamente desnudo ante la chica y a la luz del día. Quiere agarrar la sábana para cubrirse pero ella no le deja.
--¡faltaría más… que estamos solos…¡
--es que me tengo que levantar, quiero ir a la ducha –dice él tímido.
--¡¡pues mejor… andando y desnudo¡
Marc pone cara de pena:
--es que no me gusta…
Lorena le da un empujón para caiga de la cama sin tiempo cubrirse.
--¡¡venga, a la ducha¡
No le deja taparse y hasta le pellizca su desnudo trasero. Marc va así hacia el baño. Tímido avergonzado pero resignado. Lorena lo acompaña.
--tú no hace falta que hagas nada –le dice.
Y él se deja hacer. Lorena juega con el cuerpo de él a la vez que lo limpia. Está muy apasionada.
--vamos a hacerlo… me debes un polvo…
--es que ya es muy tarde… --dice él algo tímido y con medio de no poder cumplir.
--¡pero si es temprano¡
--tengo que estudiar…
Lorena finalmente acepta el no. Piensa que ya ha abusado bastante de él. No lo quiere presionar más, ya le ha hecho hacer bastantes cosas que él no quería. Marc se rasca la cabeza.
--¿no te enfadas, no?
Lorena le sonríe:
--me has regalado un fin de semana maravilloso, ¿cómo me voy a enfadar?
Él la mira sonriente. Se cubre con la toalla para salir y Lorena ya no le dice nada. Sin quitarse la toalla se pone el bóxers nervioso por la intensa mirada de Lorena que no le quita detalle. Si a Juan le encanta que lo observen y si está desnudo le excita más, Marc todo lo contrario. Desayunan juntos.
--venga, que te acompaño…
--No, es que me sabe mal.
Lorena le agarra la mano:
--No quiero que vayas solo… así llegas antes y estamos un rato juntos…
Marc la abraza con fuerza.
--Aunque a veces pienses que no lo demuestro soy muy feliz a tu lado y es un palo volver a la normalidad. Me gustaría estar siempre contigo, me cuesta conformarme con ratitos pero no quiero que mis estudios se resientan…
Lorena le asegura que lo comprende. Salen juntos. Se ven contentos, felices. Juan los está observando desde su auto. Golpea el volante de su auto con rabia. Le duele ver que Lorena está contenta, que Marc pasa la noche con ella. Los celos lo están carcomiendo por dentro. Lorena acompaña a Marc hasta su casa. Ella no baja del auto. Se despiden con un dulce beso de amor.
Lorena no tiene ganas de estar sola. Llama a Susana.
--¿qué haces amiga?
Se oyen los jadeos.
--aquí en el coche… --jadea ella mientras José María está encima de ella.
--¿porqué no os venís a mi casa? Así no estoy sola… después podemos hablar…
No lo dudan. Susana y José María llegan al apartamento de ella muy contentos. Besándose ardientemente, desnudándose por el camino. Ella desea borrar de su cuerpo las huellas de Juan. Después del momento de placer, José María se levanta totalmente desnudo, va hacia el baño. Lorena pasa por su lado, los dos se sonríen. Se sienta en la cama con Susana.
--No se te puede negar tu buen gusto… Cada vez que veo a José María pienso en tu buen gusto… ¡menuda pieza has cazado¡
Las dos se ríen con complicidad.
--¡¡y en la cama es un volcán¡
Susana se siente una basura ante Lorena pero no quiere que Juan se salga con la suya y pierda a su amiga. Las chicas hablan de sus chicos y Lorena no puede evitar sentir un poco de envidia. José María es guapísimo, apasionado y al parecer fiel. Susana habla entusiasmada de su chico:
--nunca estuve tanto tiempo con un hombre…
--Es normal… José Maria es guapísimo…
En las comparaciones siempre pierde Marc. Lorena se siente frustrada mientras escucha como su amiga le cuenta que José María la hace vibrar en sus brazos, que es muy feliz a su lado. Lorena echa de menos a Juan, quisiera tenerlo a su lado. Para consolarse dice:
--El sexo no es lo principal, yo estoy enamorada de Marc.
Susana hace que la cree pero se da cuenta que su amiga no es tan feliz como dice y eso le duele.
(Padre de Paula y Lorena)
Al día siguiente, Paula se presenta en la academia con su padre. Están Juan, Sandra, Lorena.
--¡él me tiene que cumplir… abusó de mí¡
Lorena mira con mucho odio a Juan pero lo defiende:
--¡Juan no tiene necesidad de abusar a Paula… ella hace mucho se le regaló¡
El hombre bofetea a su hija Lorena por hablar mal de su hermana. Paula llora por fuera por dentro se rie porque su padre se ha puesto contra Lorena::
--¡me tiene que cumplir¡
Juan abraza a Sandra. Está contento con el escándalo porque le sirve para molestar a Lorena aunque espera poder sacarse a Paula sin problemas.
--Yo con quien tengo que cumplir es con mi novia… --besa a la orgullosa Sandra en la mejilla—que llegó a mi virgen, su hija se aprovechó de que yo estaba borracho…
El padre de las muchachas quiere golpear a Juan pero éste lo tumba de un puñetazo. Las hijas lo tratan de ayudar mientras mutuamente se echan la culpa de lo que ha pasado. El padre se va furioso con Paula dejando claro que jamás permitirá que una hija suya esté con Juan. Eso ya hace feliz a Paula. Juan y Lorena se miran, llorando por dentro.
Algunos días después, Juan y José María se encuentran en los lavabos de unos Grandes Almacenes. Orinan el uno al lado del otro. José María está ahí con su arma sexual-urinaria entre sus manos. Juan se coloca a su lado, se la saca.
--vaya, que coincidencia… --Juan.
Los dos guapos con sus aparatos entre sus manos se miran. Juan se muestra amable. Ha compartido momentos de intimidad con él mientras estaba con Lorena.
--¿Has llegado con Susana, sigues con ella..?
Juan le va haciendo preguntas, José María contesta con monosílabos.
--¿porqué tan hostil conmigo?¿qué te he hecho? Creí que éramos amigos.
José María sigue sin contestar. Como es del entorno de Lorena, Juan supone que no le habla por solidaridad con Marc y le da rabia. No cree que Susana le haya contado lo de ellos.
--¿¿¿qué pasa que ahora estás del lado de ese?
José María se la sacude para sacarse la última gota. Va a lavarse las manos:
--Es un buen tío, no se merece lo que le hace Lorena y por tu culpa…
Juan siente que el corazón se le va a salir de la boca.
--¿¿¡como?¡
José María siente que ya ha hablado demasiado.
--Ya da igual…
Juan no piensa dejar las cosas así. Se guarda su bella herramienta.
--No, no… ¡¡por favor¡
Se pone delante de la puerta para que José María no pueda irse. Se muestra ansioso.
--¡¡ahora me tienes que contar todo… ya comenzaste, ahora acaba¡
José María en plan reproche:
--¿¡es que no te das cuenta que todo es tu culpa?¡
--¿yo tengo la culpa que mi chica se vaya con un feo?
Aunque le duele por Marc sabe que Lorena no es sincera con él y cree que lo mejor es que ella lo deje libre antes que Marc se enganche más. Los dos guapos hablan el uno al lado del otro apoyado en la pica.
--Lorena te ama a ti pero no soporta que seas tan infiel… Piensa que con un chico menos atractivo pues estará más tranquila pero ella te echa de menos, te ama a ti.
Juan sonríe emocionado:
--¿en serio me ama?
Está contento. Si ella lo ama si no es feliz con Marc pues está dispuesto a olvidarlo todo.
--¡¡me ama, me ama¡
Juan no puede creérselo. Había llegado a creer que ahora sí la perdida. Se lleva las manos a la cara, sonríe enamorado. Está contento.
--Sí pero tú ahora estás con Sandra… tienes un compromiso con ella… te has acostado con su hermana…
Juan sólo piensa en Lorena. Agradece que no se haya enterado de que se acostó con Susana.
--Lo de Paula no fue nada…
--Pero estás comprometido con Sandra…
--¡¡no, no… Sandra es un pasatiempo… No es nada en mi vida¡ --Juan a la defensiva.
--Ella quería llegar virgen al matrimonio, tú la estrenaste… --le reclama.
Juan no acepta esa culpa.
--¡Se me regaló, yo no le prometí nunca nada…¡
--Esas cosas son las que a Lorena no le gustan de ti, eres demasiado infiel…
Ahora que sabe que está enamorado de ella, Juan no piensa permitir que la separen de él.
--¿y tú no eres nunca infiel?
José María no le contesta. Juan le pone las manos en los hombros. Le suplica.
--Ayúdame a volver con Lorena…
--¿qué quieres que haga?
Juan sonríe con cara de travieso.
--¡faltaría más… que estamos solos…¡
--es que me tengo que levantar, quiero ir a la ducha –dice él tímido.
--¡¡pues mejor… andando y desnudo¡
Marc pone cara de pena:
--es que no me gusta…
Lorena le da un empujón para caiga de la cama sin tiempo cubrirse.
--¡¡venga, a la ducha¡
No le deja taparse y hasta le pellizca su desnudo trasero. Marc va así hacia el baño. Tímido avergonzado pero resignado. Lorena lo acompaña.
--tú no hace falta que hagas nada –le dice.
Y él se deja hacer. Lorena juega con el cuerpo de él a la vez que lo limpia. Está muy apasionada.
--vamos a hacerlo… me debes un polvo…
--es que ya es muy tarde… --dice él algo tímido y con medio de no poder cumplir.
--¡pero si es temprano¡
--tengo que estudiar…
Lorena finalmente acepta el no. Piensa que ya ha abusado bastante de él. No lo quiere presionar más, ya le ha hecho hacer bastantes cosas que él no quería. Marc se rasca la cabeza.
--¿no te enfadas, no?
Lorena le sonríe:
--me has regalado un fin de semana maravilloso, ¿cómo me voy a enfadar?
Él la mira sonriente. Se cubre con la toalla para salir y Lorena ya no le dice nada. Sin quitarse la toalla se pone el bóxers nervioso por la intensa mirada de Lorena que no le quita detalle. Si a Juan le encanta que lo observen y si está desnudo le excita más, Marc todo lo contrario. Desayunan juntos.
--venga, que te acompaño…
--No, es que me sabe mal.
Lorena le agarra la mano:
--No quiero que vayas solo… así llegas antes y estamos un rato juntos…
Marc la abraza con fuerza.
--Aunque a veces pienses que no lo demuestro soy muy feliz a tu lado y es un palo volver a la normalidad. Me gustaría estar siempre contigo, me cuesta conformarme con ratitos pero no quiero que mis estudios se resientan…
Lorena le asegura que lo comprende. Salen juntos. Se ven contentos, felices. Juan los está observando desde su auto. Golpea el volante de su auto con rabia. Le duele ver que Lorena está contenta, que Marc pasa la noche con ella. Los celos lo están carcomiendo por dentro. Lorena acompaña a Marc hasta su casa. Ella no baja del auto. Se despiden con un dulce beso de amor.
Lorena no tiene ganas de estar sola. Llama a Susana.
--¿qué haces amiga?
Se oyen los jadeos.
--aquí en el coche… --jadea ella mientras José María está encima de ella.
--¿porqué no os venís a mi casa? Así no estoy sola… después podemos hablar…
No lo dudan. Susana y José María llegan al apartamento de ella muy contentos. Besándose ardientemente, desnudándose por el camino. Ella desea borrar de su cuerpo las huellas de Juan. Después del momento de placer, José María se levanta totalmente desnudo, va hacia el baño. Lorena pasa por su lado, los dos se sonríen. Se sienta en la cama con Susana.
--No se te puede negar tu buen gusto… Cada vez que veo a José María pienso en tu buen gusto… ¡menuda pieza has cazado¡
Las dos se ríen con complicidad.
--¡¡y en la cama es un volcán¡
Susana se siente una basura ante Lorena pero no quiere que Juan se salga con la suya y pierda a su amiga. Las chicas hablan de sus chicos y Lorena no puede evitar sentir un poco de envidia. José María es guapísimo, apasionado y al parecer fiel. Susana habla entusiasmada de su chico:
--nunca estuve tanto tiempo con un hombre…
--Es normal… José Maria es guapísimo…
En las comparaciones siempre pierde Marc. Lorena se siente frustrada mientras escucha como su amiga le cuenta que José María la hace vibrar en sus brazos, que es muy feliz a su lado. Lorena echa de menos a Juan, quisiera tenerlo a su lado. Para consolarse dice:
--El sexo no es lo principal, yo estoy enamorada de Marc.
Susana hace que la cree pero se da cuenta que su amiga no es tan feliz como dice y eso le duele.
(Padre de Paula y Lorena)
Al día siguiente, Paula se presenta en la academia con su padre. Están Juan, Sandra, Lorena.
--¡él me tiene que cumplir… abusó de mí¡
Lorena mira con mucho odio a Juan pero lo defiende:
--¡Juan no tiene necesidad de abusar a Paula… ella hace mucho se le regaló¡
El hombre bofetea a su hija Lorena por hablar mal de su hermana. Paula llora por fuera por dentro se rie porque su padre se ha puesto contra Lorena::
--¡me tiene que cumplir¡
Juan abraza a Sandra. Está contento con el escándalo porque le sirve para molestar a Lorena aunque espera poder sacarse a Paula sin problemas.
--Yo con quien tengo que cumplir es con mi novia… --besa a la orgullosa Sandra en la mejilla—que llegó a mi virgen, su hija se aprovechó de que yo estaba borracho…
El padre de las muchachas quiere golpear a Juan pero éste lo tumba de un puñetazo. Las hijas lo tratan de ayudar mientras mutuamente se echan la culpa de lo que ha pasado. El padre se va furioso con Paula dejando claro que jamás permitirá que una hija suya esté con Juan. Eso ya hace feliz a Paula. Juan y Lorena se miran, llorando por dentro.
Algunos días después, Juan y José María se encuentran en los lavabos de unos Grandes Almacenes. Orinan el uno al lado del otro. José María está ahí con su arma sexual-urinaria entre sus manos. Juan se coloca a su lado, se la saca.
--vaya, que coincidencia… --Juan.
Los dos guapos con sus aparatos entre sus manos se miran. Juan se muestra amable. Ha compartido momentos de intimidad con él mientras estaba con Lorena.
--¿Has llegado con Susana, sigues con ella..?
Juan le va haciendo preguntas, José María contesta con monosílabos.
--¿porqué tan hostil conmigo?¿qué te he hecho? Creí que éramos amigos.
José María sigue sin contestar. Como es del entorno de Lorena, Juan supone que no le habla por solidaridad con Marc y le da rabia. No cree que Susana le haya contado lo de ellos.
--¿¿¿qué pasa que ahora estás del lado de ese?
José María se la sacude para sacarse la última gota. Va a lavarse las manos:
--Es un buen tío, no se merece lo que le hace Lorena y por tu culpa…
Juan siente que el corazón se le va a salir de la boca.
--¿¿¡como?¡
José María siente que ya ha hablado demasiado.
--Ya da igual…
Juan no piensa dejar las cosas así. Se guarda su bella herramienta.
--No, no… ¡¡por favor¡
Se pone delante de la puerta para que José María no pueda irse. Se muestra ansioso.
--¡¡ahora me tienes que contar todo… ya comenzaste, ahora acaba¡
José María en plan reproche:
--¿¡es que no te das cuenta que todo es tu culpa?¡
--¿yo tengo la culpa que mi chica se vaya con un feo?
Aunque le duele por Marc sabe que Lorena no es sincera con él y cree que lo mejor es que ella lo deje libre antes que Marc se enganche más. Los dos guapos hablan el uno al lado del otro apoyado en la pica.
--Lorena te ama a ti pero no soporta que seas tan infiel… Piensa que con un chico menos atractivo pues estará más tranquila pero ella te echa de menos, te ama a ti.
Juan sonríe emocionado:
--¿en serio me ama?
Está contento. Si ella lo ama si no es feliz con Marc pues está dispuesto a olvidarlo todo.
--¡¡me ama, me ama¡
Juan no puede creérselo. Había llegado a creer que ahora sí la perdida. Se lleva las manos a la cara, sonríe enamorado. Está contento.
--Sí pero tú ahora estás con Sandra… tienes un compromiso con ella… te has acostado con su hermana…
Juan sólo piensa en Lorena. Agradece que no se haya enterado de que se acostó con Susana.
--Lo de Paula no fue nada…
--Pero estás comprometido con Sandra…
--¡¡no, no… Sandra es un pasatiempo… No es nada en mi vida¡ --Juan a la defensiva.
--Ella quería llegar virgen al matrimonio, tú la estrenaste… --le reclama.
Juan no acepta esa culpa.
--¡Se me regaló, yo no le prometí nunca nada…¡
--Esas cosas son las que a Lorena no le gustan de ti, eres demasiado infiel…
Ahora que sabe que está enamorado de ella, Juan no piensa permitir que la separen de él.
--¿y tú no eres nunca infiel?
José María no le contesta. Juan le pone las manos en los hombros. Le suplica.
--Ayúdame a volver con Lorena…
--¿qué quieres que haga?
Juan sonríe con cara de travieso.
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