viernes, 12 de febrero de 2010

Capitulo 9



Mientras Susana y José María se bañan en el mar desnudos y bien divertidos, Lorena está sentada en la arena junto a Marc. Le habla de todo un poco y él la escucha en silencio pero entusiasmado.
--a ver si salen estos –dice Lorena señalando a los desnudos—que me estoy helando.
Marc no dice nada pero muy caballerosamente se saca su cazadora y se la pone a ella. La pareja desnuda lleva ya un buen rato en el mar y Lorena no se mueve del lado de Marc. Para entrar un poco en calor han paseado por la orilla mojándose los pies.
--¿seguro que no tienes frío?
Él asegura que no tiene frío pese a que tiene cara de helado y es que lo está. Lorena le empieza a preguntar cosas de su infancia y él se anima a hablar. Lorena lo escucha ensimismada. Lo mira profundamente y le suelta:
--eres un sol.
El piropo a Marc le toma de improviso. No está acostumbrando a que lo halaguen.
--¿cómo?
Y Lorena añade:
--Eres el mejor chico que conozco, ojalá nos hubiéramos conocido antes…
Marc traga saliva, se rasca la cabeza tímido. Marc está paralizado por los nervios. Nunca había vivido una situación igual. Lorena desea besarlo pero teme asustarlo. En ese momento, entre gritos y juegos, la pareja sale del agua. Al ver salir del agua a José María totalmente desnudo y mojado, Lorena no puede evitar tener pensamientos para Juan. Como Juan José María es guapo y atrevido. Juan no habría dudado en meterse en bolas en la playa e incluso hacer el amor con ella en el mar. No sería la primera vez aunque de eso ya hace tiempo. Echa de menos toda esa locura, con Marc todo es más tranquilo pero Lorena siente que es más seguro y que es lo que quiere. José María se pone sólo los calzoncillos, Susana se pone las braguitas y la camiseta y van corriendo hacia la cama. Lorena y Marc van caminando. Sus manos se rozan. Marc sonríe muy nervioso. Lorena le coquetea y Marc casi se infarto. Al entrar en la casa ya se oyen los jadeos de José María y Susana que se han encerrado en su habitación a hacer el amor. Marc no piensa. Todo lo que le está pasando es ya demasiado para lo que esperaba y no cree que pueda llegar a pasar nada más, es que no se lo puede ni imaginar. Lorena quisiera no separarse de él pero no quiere que él la vea demasiado lanzada. Cada uno se va a su respectivo dormitorio que está pared por pared. Lorena arde por dejarse llevar por esto que empieza a sentir y pasar la noche con Marc pero quiere ser prudente para no asustar al chico y que no tenga una mala impresión de ella.




Como es su costumbre, Juan ha dejado a su conquista una vez se ha desahogado. No le interesa ni su nombre ni nada de ella. Llega a su casa solo, triste, borracho y con cierta culpa. Le cuesta mantener el equilibrio. Llega a tirarse en la cama, se saca la ropa quedándose en calzoncillos. Agarra su celular. Le fastidia no tener mensajes de Lorena. Pese a la hora la vuelve a llamar.
--Me tiene que decir algo. No me puede dejar así…
Juan está muy molesto. Le duele que el celular de la chica siga desconectado, que después de todo un día sin estar juntos no se haya preocupado de llamarlo.
--LORE, ¿DONDE ESTÁS? LLAMA
El no saber de ella hace que se le olvide un poco la culpa. Se queda tumbado en la cama, los brazos bajo la cabeza haciéndole de almohada y luciendo sus pobladas axilas.
--¿porqué me has hecho esto?
Él quiere a Lorena aunque no sepa como demostrártelo y aunque no puede evitar estar con otras mujeres pero la quiere y le duele notar que ella no se entrega del todo, sentirla apasionada pero distante. El que no sepa donde está le hace ver más que nunca que no tiene a la joven segura y eso le duele. El alcohol y el cansancio lo va ayudando a quedarse dormido. A Lorena le cuesta dormir. Ella y Marc están pared con pared. Para ella es una tortura estar tan cerca de él y a la vez separado de ella. Desearía derribar esa pared… Para Marc han sido demasiadas emociones. Nunca ha vivido un día tan intenso. Nunca una mujer se había interesado en él y lo mejor que ¡¡qué mujer¡

Al día siguiente, o mejor dicha unas pocas horas más tarde, Marc ya se ha levantado cuando lo ha hecho Lorena y hasta ha preparado el desayuno para los cuatro. Aunque es tímido y está nervioso, Marc sabe que Lorena es una mujer de mundo, que tiene que ser más espabilado. Para él es ya un progresa dar un beso en la mejilla a la joven. Lorena lo abraza y por unos segundos se convierten en un solo cuerpo. El corazón de Marc crema de deseo pero él jamás daría el primer paso. Ella no quiere precipitar las cosas para no estropearlas. Desayunan juntos y solos. Él la mira, la sonríe, le habla. Se sienten felices.
--¿vamos a dar una vuelta? –le pregunta él.
--si claro --dice ella encantada.
Aunque el chico no le atrae y menos como le podría atraer Juan, Lorena es una mujer apasionada. Le cuesta estar al lado del chico que le gusta y tener que frustrar sus deseos de besarlo, de estrecharlo entre sus brazos. Lorena no tiene claro lo que está sintiendo y prefiere esperar a hacer lo que él quiera…
--si no fuera tan tímido –dice ella para sí.
Marc se dedica a vivir el momento y no a pensar en lo que puede pasar o no.

La otra pareja se levanta justo para comer. Preparan la comida entre Lorena y Marc. De hecho cocina él ya que se le da mejor que a ella y la chica es su ayudante. A la chica le gusta trabajar bajo sus órdenes y Marc está encantando de tener compañía femenina y buena. Después de la comida, mientras José María y Susana hacen la digestión jodiendo, Marc y Lorena lavan los platos. Él friega y ella seca. A la vez se van explicando la vida. Por la tarde, salen las dos parejas juntas. Entran en un bar, las chicas dejan a los muchachos solos, para que José María le dé consejos a Marc.
--tienes que espabilar… Lorena es una mujer muy activa…
--¿es que ella te ha dicho algo?
José María le quiere dar un preservativo pero él lo rechaza.
--¡¡No…¡ ¡¡no¡ ¡¡no le pienso faltar al respecto a ella¡
José María se muestra fraternal:
--¿es que eres virgen?
Marc se muestra muy nervioso. No se atreve a contestar.
--Yo lo digo por tu bien. Si no le das lo que necesita no vas a ir a ningún sitio… --José M.
Marc no puede creer que Lorena quiere acostarse con él. José María le pone la mano en los hombros. Muy amable le dice:
--te voy a dar unos consejos para que no falles…
Por los nervios, a Marc se le cae la bebida. No quiere escuchar a José María, le parece que es faltarle el respecto a Lorena. Cree que ella si ofendería y se burlaría de él si se entera que él aspira a hacer el amor con ella. Eso es demasiado y Marc está seguro que eso es imposible. Por su lado, a solas en el lavabo, Susana le habla a Lorena de su relación con José María del que está encantadísima.
--¿y tú cuando vas a espabilar? Se nota que Marc está loco por ti pero es demasiado tímido y virgen. Si lo esperas a que toma la iniciativa te vas a hacer vieja.
--Marc me gusta mucho y deseo salir con él. Estoy segura que es el chico que me conviene.
Susana la interrumpe:
--convenir no es amor, sientes que te conviene él pero amas a Juan ¿no es así?
Lorena hace que no la ha escuchado:
--pero es que no sé como se tomaría Marc un ataque por mi parte si cuando hasta antes de ayer me podía ver a todas horas besándome con Juan.
Lorena está segura que estos días son los ideales para definir su relación y los piensa aprovechar:
--aún me quedan dos días para pensar. No tengo prisas…
Las chicas vuelven con los chicos, José María es muy cariñoso con Marc. Lo tiene abrazado por la espalda. Le susurra al oído:
--lánzate, no te dirá que no.
Marc nota como le pone algo en el bolsillo trasero. Es un preservativo. Marc siente vergüenza, teme que Lorena piense mal de él si se da cuenta que lleva un condón. Susana y José María se abrazan y se besan con pasión. Marc mira a Lorena ruborizado.

En la noche, mientras la otra pareja, se va a la discoteca, Marc y Lorena se quedan en la casa. A Marc no le gusta nada la gente. Y prefiere quedarse a solas en casa. Antes de irse José María lo abraza con complicidad y afecto:
--espero que cuando vuelvas te hayas estrenado –le susurra al oído.
Marc tose nervioso. Por su lado Juan está dolido porque no sabe nada de Lorena.
--¿¿pero esta que se ha creído? ¡qué luego no se queje por dejarme solo¡
Muy guapo y enfadado se va de “caza”.

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